JOURNALDRCORNELIAPAUN - EL LABERINTO DE LOS ENIGMAS
   
 
  EL LABERINTO DE LOS ENIGMAS
  "AMOR DE CERNAUTI" DR CORNELIA PAUNHEINZEL
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  LA RUEDA DEL DESTINO
  Déjà vu”
  AMOR DE CANIBAL
 
 DR. CORNELIA PĂUN HEINZELEl laberinto de los enigmas”



DR. CORNELIA PĂUN HEINZELEl laberinto de los enigmas”
 

Julián abrió el periódico y estuvo leyendo los artículos aburridos, solo uno de ellos le llamó su atención. Una hermosa y famosa cantante rumana que actuaba en la Opera de Viena, fue encontrada muerta en el baño con una bolsa de plástico en la cabeza. En el artículo, venía escrito que su marido no trabajaba y que vivía del dinero de su esposa,
gastándolo en los clubes además de tener numerosas aventuras con mujeres. Ahora tendría una impresionante riqueza debido a su esposa. “Se consideraba que había sido un suicidio”- decía el siguiente artículo.
Andrés, su hijo, cogió el periódico y leyó vorazmente el artículo con satisfacción.
……………………………………………………………………
Julián, su esposa Alina y su hijo Andrés, iban rápidos en la autopista dirección Múnich. Apenas habían salido del túnel, cuando su esposa Alina le dijo
–“Detente, tengo que ir a un sitio, yo he tomado esta mañana mucha agua mineral, té y café”.
Julián detuvo el coche de repente, Alina descendió y caminó hacia el campo, regresó al cabo de cinco minutos.
Estaba detrás del coche y quería cambiar de lugar, quería llegar a su asiento al lado del conductor del coche delantero.
De repente Julián dio marcha atrás de improviso con el coche. Alina quedo inmediatamente atrapada sin ninguna posibilidad de sobrevivir. Por detrás acababa de llegar un camión enorme, que pisó el cuerpo caído en un segundo.
El conductor detuvo el vehículo asustado, descendió y llegó hasta Julián rápidamente.
- ¿Qué ha hecho? ¿Había alguien en el suelo? –preguntó el hombre alemán.
- Mi… mi esposa… murmuró Julián titubeando.
La policía local llegó rápidamente y después la ambulancia.
Colocaron a Alina en la camilla. Y a Julián se le dejo que explicase lo que había ocurrido. Andrés, su hijo, permanecía
en estado de shock, estaba con la mirada fija desde que ocurrió, el amaba mucho a su madre y no entendía lo que había pasado. Sólo sabía que él estaba sin ella y que su madre iba en una ambulancia.
- Debes aguantar y superarlo, Andrés. ¡Se fuerte! –le dijo Julián.
Entonces Julián llamó a su suegro, que adoraba a su hija, la amaba. Necesitaba dinero para repatriar el cadaver desde allí.
- Soy Julián. Estoy cerca de Múnich, pero tuve un pequeño accidente y Alina fue la víctima.
- ¿Está en el hospital? – dijo el anciano asustado- Mando dinero para salvarla.
- No ha sobrevivido. Ya está en el depósito de cadavers y no tengo dinero para regresar a casa, por favor envíame dinero haciendo un giro en el banco. Es muy caro –explicó Julián.
- Pero, el chico, Andrés, ¿Cómo está él? –preguntó el abuelo, conmocionado con lo ocurrido.
- Está bien, no le ha pasado nada –dijo Julián.
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Julián era feliz. Él se había convertido en un ídolo de las mujeres conocidas, sobre todo entre las estudiantes de la Universidad, donde era profesor, de sus vecinas, de todas las mujeres conocidas. Era atlético, alto, sin afeitar, con poco pelo en su cuerpo, siendo permanentemente un hombre sufriendo apuros tras el fallecimiento de su esposa
Alina, el amor de su vida. Él encontraba consuelo con cualquier mujer que encontraba, impresionado que en esta época existen hombres que aman intensamente como en las películas clásicas de amor…
En su estudio de pintura, estaba Andrada, rubia, con el pelo largo y suave, flexible, con un vestido ceñido tan desgastado que se trasparentaba de color rosa, con una camisa de color magenta de diseño recortado. Le miró lánguida, con sus pestañas postizas largas y a menudo exageradas, parpadeando.
- Llegué al laboratorio, señor profesor –dijo la joven con voz suave.
- Tenemos que seguir adelante con sus clases. Pero
¿dónde están sus compañeros? –dijo el hombre.
- ¿Cómo voy a saberlo? Soy una estudiante muy concienzuda, respondió con su forma habitual. Quiero aprender tanto… de ti –dijo la joven- haciendo énfasis en su última palabra.
La puerta se abrió de golpe y entró Andrés.
- ¡Oye papá! ¡Terminé las clases por hoy! Estudié historia, nos abandonamos al placer.
- Pero, si lo diste la semana pasada –dijo Julián.
- Si pero es un maestro muy severo, y el muchacho le
dio la explicación completa.
- Tengo que esperar a terminar el seminario –dijo Julián.
- No hay problema, me gusta estar aquí, también aprendo algo sobre pintura. Preparándome para cuando vaya a ser estudiante de aquí –dijo el muchacho – si alguna vez me convierto en uno… Tú me has dicho que la sección tuya es la más fácil, con pintura religiosa.
Estaba oscuro. Debían salir juntos, Julián y Andrada
salieron primero del edificio. Andrés los siguió en silencio, ellos estaban a una distancia aproximadamente de cien metros.
- Aquí estoy –dijo Andrada- ¿No sube conmigo a mi
habitación? Por favor, por favor –dijo ella con una voz que no se podía rechazar- Tomamos un café y una tarta hecha por mí.
- Pero, ¡Yo estoy con Andrés! –dijo el hombre liado.
- Deja papá, me voy a casa solo, soy mayor –dijo el chico.
- Pero… es peligroso –continuó Julián indeciso.
- ¡Vamos! Estoy seguro de que puedo llegar –asintió
Andrés – Adiós papá. Nos vemos pronto en casa.
Julián miró a la joven. – vamos y nos sentamos, debemos subir a pie, el ascensor está roto.
La casa estaba cerrada y emanaba un olor desagradable a chucrut, subieron las escaleras en la oscuridad.
- Esta es mi casa –dijo Andrada- abriendo una puerta
fea, de madera prensada, pintada de blanco. Y se precipitó con sus brazos alrededor del cuello del hombre, besándole apasionadamente.
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Julián llegó tarde a casa.
Andrés lo estaba esperando nervioso.
- ¿Qué te pasó? – le preguntó al hombre. Hubiese sido mejor venir contigo.
- No es nada, estoy bien –dijo el hombre bruscamente, mientras se lavaba las manos que chorreaban continuamente un líquido rojo – vete a la cama.
……………………………………………………….
Ya por la mañana, Julián encendió la radio, era la hora de las noticias.
“Cerca de la Universidad de Bellas Artes, una asistenta encontró el cuerpo de una joven estudiante, muerta asfixiada en el baño, con una bolsa de plástico en la cabeza” –dijo la voz del presentador.
Cogió el periódico de la mesa de la cocina y un artículo le llamó la atención. Un millonario murió en un accidente náutico, su amante salió milagrosamente ilesa, fue esta quien heredó su imperio financiero y se convirtió en la reina de las salchichas. El hombre había sido un camarero
antes de la revolución, pero con la actividad que realizó de alta seguridad para ésta, le ayudó a comprar la antigua fábrica de embutidos casi gratis, siendo socialista en su ciudad de residencia emprendió negocios rentables utilizando las relaciones que había hecho entre las personas de la “Securita”. Él se había divorciado de su esposa y su amante actual fue ex colega de la camarera.
Andrés le pidió el periódico.
- Quiero leer el artículo –le dijo el chico mirando a su padre.
Desde la Plaza Romana donde ellos tenían el apartamento llegaban rápidamente a la Universidad. Era viernes y el fin de semana se aproximaba.
Al final del pasillo, Julián se encontró con la nueva asistenta de la Universidad, delgada, morena, siempre con una gran sonrisa.
 
- Iré a hacer cabotaje en el río con mi barco. ¿No vendrá usted y el Sr. Ginaca?- le pregunto la bella joven a su antiguo compañero, el eterno triste e inconsolable viudo tras la muerte de su esposa.
El hombre pensó que no tenía nada especial que hacer para los próximos días.
- Tengo que cuidar a mi hijo, usted sabe que estoy viudo –le explico Julián convincentemente.
“Que hombre más fiel y sensible”, pensó la joven impresionada por el comportamiento de su colega.
-Puede venir –dijo la chica- Vamos en coche hasta Calarasi, allí mi familia tiene un barco, para navegar por el Danubio, es muy agradable.
- Esta bien, pero en mi coche –dijo Julián- ¿A qué hora quieres que vaya a recogerte?
- Estaría bien que no fuera más tarde de esta mañana, tenemos tiempo suficiente para hacer todo lo programado –dijo ella.
Llegaron a Calarasi rápidamente, el camino no estaba demasiado atascado.
- Nos detendremos en la mina. Tomamos el barco, un
tabernáculo, porque pasaremos toda la noche en la isla, hay mucha comida, mi madre nos ha preparado muchas cosas buenas; hablé con mi padre y nos ha preparado todo lo necesario para el viaje.
- Venga, venga, señor. Adela nos dijo que sería agradable para usted, nosotros lo admiramos mucho. ¡Usted ha amado tanto a su esposa y todavía le es leal!... Claro, con tanto amor, con el carió de su hijo… Pero, sírvase y tome el desayuno, hay café con tortas caseras y una tortilla de huevos con tocino y queso. Esta mañana cogí en el jardín algunos tomates, pepinos, pimientos, cebolla, hojas
de albahaca aromáticas y frescas con las que prepare una ensalada.
- No quiero molestar demasiado, usted es muy amable…-dijo el hombre.
- No hay problema, me alegra mucho, he hecho unos
deliciosos pasteles para el camino –dijo la mujer, encantada.
- Y yo he preparado el barco, la tienda y todo lo necesario para este pequeño viaje –dijo el padre de Adele, un hombre fornido con barba espesa – tenga cuidado, el peligro está por todas partes del Danubio.
- Podemos irnos –dijo la chica- He ido contigo a la isla y he cruzado el Danubio en barco muchas veces.
El padre de Adele los llevó al embarcadero del Danubio cerca de donde estaba amarrado el barco.
- Debemos remar todos, si usted quiere que tengamos un buen rendimiento y el chico puede hacerlo –dijo el hombre, mientras empujaba el barco al Danubio. Yo prepare las cosas necesarias para el viaje.
Julián, Adele y Andrés saltaron felices al barco, era algo nuevo para ellos.
Adele tomó los remos y empezó a remar con fuerza.
- Así se debe remar, fijaos bien en mí –les dijo.
La mujer vestía completamente de blanco con una camiseta y un pantalón corto, con la piel morena ya que estaba bronceada y a Julián le parecía atractiva. Llevaba la melena recogida en una cola de caballo y tapada con una gorra blanca con visera.
- Es un poco difícil –dijo Andrés, al intentar, sin éxito
remar en fila.
- Si no remas con más fuerza en el agua, no llegaremos a la isla –dijo la mujer.
No tardaron mucho llegar a la zona de aguas tranquilas, a su alrededor no había nada más que agua, la tierra estaba lejos y durante bastante tiempo no era visible, pero no tenían tiempo de admirar el paisaje, ellos debían de remar para avanzar y llegar a su destino.
- Estoy cansado de tanto remar –se quejó Andrés.
- Ya es suficiente –dijo Adele- ¿Estás aburrido? ¿No te gusta? ¡Todo es tan atractivo y fascinante!
Remó por inercia cada vez más y más, la tierra no se veía.
- Parece un espejismo. ¿Llegaremos alguna vez a la isla?–preguntó Julián exhausto.
- Inmediatamente. ¡Ya queda muy poco! –Adele les animó– Remad duro, ¡Sois atletas!
Cuando se vio algo verde en el horizonte, Julián preguntó alegremente: ¿Qué es?
- ¡Por fin! ¡Llegamos! Es el bosque de la isla –dijo alegre.
Observando el oasis de tonos verdes aunque los dominios estaban lejos. El suelo arenoso que limitaba con la extensión del agua hizo pronto su aparición. E inmediatamente a algunos metros se encontraba un bosque denso con abundante vegetación como si fuera una selva. Parecía un lugar enigmático donde lo imposible parecía posible, donde el bosque y la playa se unían, donde el día y la noche se tocaron por un momento, el sol y la luna se miraron a los ojos durante un segundo.
Ellos descargaron el equipaje y Adele comenzó a preparer las cañas de pescar.
- No sé pescar –dijo Andrés.
- No pasa nada, aprenderás ahora, Cogí cañas para todos, hoy comeremos pescado cogido por nosotros.
La mujer trajo una gran red de pesca.
- Ven a ayudarme a montarla –dijo la mujer a Julián- yo sola no puedo.
Una vez que se extendía en el Danubio, les enseñó cómo utilizar las cañas de pescar.
Estuvieron sentados durante media hora sin hablar,
Adele les había dicho que no debían asustar a los peces.
-¿Muevo las cañas? –preguntó Julián.
- Cógela –dijo Adele.
- Mira, pescamos un pez pequeño –dijo el hombre.
- ¡Es un Rudd! Lo pondremos en el fuego y nos lo comeremos, pero necesitamos coger más, debemos conseguir tres peces dado que nosotros somos tres.
Pronto Adele pescó un pez algo más grande, parecía
una cabaña, a continuación una más pequeña.
- No entiendo, ¿Por qué no pesco nada? –dijo Andrés triste.
-Ten paciencia, vendrán hacia ti, solo debes estar tranquilo, no hables tanto y no te preocupes. Los peces notan cuando estas nervioso –explicó Adele.
- Mira, cojo, cojo y saco la caña –dijo Andrés- ¿Pero qué es esto? ¡Una serpiente! –comentó enojado.
- ¡Es una anguila! También es un pez. Es muy bueno –le aseguró Adele – Eres un gran pescador, lo has hecho a la primera. ¡Bravo! Podemos parar ahora –dijo- mientras que sacaba la caña de pescar del Danubio, con un gran pez.
- ¿Qué es? –preguntó Andrés con curiosidad.
- No sé cómo se llama, pero está bueno para comer, una vez lo comí con mi familia –dijo Adele- ahora haremos fuego y haremos la barbacoa, prepararé una ensalada con el pescado, tomate, pimienta, albahaca y cebolla, vais a ver que está delicioso.
Julián le dio la vuelta a los pescados en la parrilla, mientras Andrés estaba jugando en el Danubio, tirando piedras al agua y corriendo feliz sobre la arena.
- No vayas al bosque, no sea que salgas lastimado, no sea que haya algo malo, no sabemos qué peligros pueden existir en él –dijo Julián.
Adele tomo la caldera con agua y le fue añadiendo harina de maíz. Se las arregló para aumentar el fuego con la ayuda de Julián.
- Veréis que polenta más deliciosa voy a hacer –dijo la muchacha – Nunca habréis comido una tan buena.
A Julián y a Andrés les parecía increíblemente delicioso el almuerzo.
- Me siento como si fuera Robinson Crusoe –exclamó Julián.
- ¡Qué bueno estaba mi pescado! Pero no estoy lleno,
quiero comer más, por suerte tienes pescados más grandes que los míos –le dijo Andrés a Adele.
Estaba atardeciendo y necesitaban montar la tienda de campaña para pasar la noche. No era moderna y tampoco sofisticada, así que las operaciones para montarla eran muy simples.
¿Pero cabremos todos en la tienda? ¿Cómo vamos a dormir? –preguntó Julián.
La noche es muy fría en la isla –dijo la mujer- dormiremos juntos. Y puso los colchones. Andrés estará en el medio, para protegerlo, por encima nos pondremos la ropa de deporte y con mi chaqueta de cuero nos taparemos.
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Por la mañana en la radio se estaba dando la noticia del día: “Una mujer ha sido encontrada muerta tras un accidente nautico en el Danubio”.
Julián cogió el periódico y lo leyó cuidadosamente. Una artista conocida fue encontrada muerta en su casa, se cree que la causa habría sido la ingesta de veneno, estaba sola en casa al atardecer, se considera que tuvo una depression suicida, su marido en ese momento estaba con otra mujer.
- Me lo darás para leerlo cuando hayas terminado –dijo Andrés, exigiendo el periódico.
- Por supuesto, espera un minuto –dijo el hombre- tengo que ir hoy a la escuela, tu maestra de alemán quiere hablar conmigo, se que quiere decirme.
-¿Qué te quiere decir? ¡Creo que le gustas, papá! Gira sus
ojos cuando te ve igual que cuando veo luciérnagas en la noche –dijo el chico.
Julián tenía sólo dos horas de seminario. Desde la Universidad hasta el colegio de Andrés no había mucha distancia, llegó en un cuarto de hora.
- ¡Ay! Voy ya señor Ginica, ¡Qué bien que haya venido! –exclamó la maestra encantada- Tiene un muy buen chico, pero necesita estudiar más, me ofrezco para darle unas horas extras en mi casa de forma gratuita.
- Señora, pero no se debe de molestar –dijo Julián cortésmente.
- No supone ningún problema para mí cuando se trata de usted… y para Andrés, por supuesto.
La maestra, es una señora de mediana edad, simpática, con el pelo teñido de negro y liso, la piel muy blanca arrugada por la edad.
Ella tenía una barriga enorme sin ser demasiado gorda.
-Puede venir y traérmelo, yo vivo en el bloque sobre el boulevard en la esquina del supermercado Mega. Les espero mañana a las cuatro de la tarde, no voy a aceptar que lo rechace –dijo la mujer.
Julián sabía que sus suegros, los padres de Alina, sabían perfectamente alemán y siempre se habían ocupado de ello con el muchacho para que aprendiese muy bien el idioma, pero no pudo rechazar los deseos de la maestra, Andrés
dependía de ella y debía observar especialmente el paso en los exámenes de la escuela secundaria para terminar el bachillerato, así que fue con el niño a meditación.
Julián encendió el televisor para escuchar las noticias de la mañana. Una maestra había sido encontrada muerta en su apartamento en el boulevard, como vivía sola supuestamente se suicidó, la noticia del día era que habían encontrado a una chica muerta con un cuchillo por su ex novio celoso.
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 El hombre se bebio el cafe y acompano como de costumbre a Andres a su colegio y desde alli rapidamente llego a la Universidad. Hoy tenia muchas horas de clases y distintos cursos, con pausas, los llamados descansos pero debia de terminar el programa esta noche. En sus clases asistieron increiblemente muchos estudiantes,
casi todos, ya que se acercaba el final del semestre. Al final de la practica de laboratorio, quedaba Irina, una chica alta, pelirroja, con los ojos azul claro.
- Queria preguntarle como puedo realizar el trabajo para aprobar.
Julian le dio un poco de tiempo para darle las explicaciones, aunque ya era tarde.
- Vamonos juntos, ya que son peligrosas estas calles a esta hora –dijo Julian y salieron juntos a traves del edificio de la Universidad. Andres les aparecio delante.
- Pero, .Que haces aqui a estas horas? –le pregunto Julian.
- He venido a buscarte –respondio el muchacho – para que no estes solo en casa.
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Julian se desperto mas tarde de lo habitual, abrio su ordenador portatil y empezo a leer las noticias del dia. La noticia decia que fue encontrada apunalada una mujer joven en una calle cercana a uno de los edificios de la Universidad de Arte.
Julian fue como de costumbre, al mediodia, a recoger a Andres al colegio para ir a comer en la Facultad de Ciencias Economicas. Alli era donde su esposa era profesora antes del accidente y sabia que podian comer bien y barato. Apenas sabia cocinar y no mucho interes por aprender.Si queria algo especial, iba a comer a casa de su madre, o a alguno de sus admiradores, quienes felizmente hacian alarde de su talento gastronomico para conseguir algo de el, como era el caso de la profesora de historia de Andres, que lo invitaba a la misa dominical. Pero ahora, en la mesa de enfrente habia una joven estudiante de ACE, era rubia, delgada con unos ojos grandes y una mirada penetrante que se lo comia con los ojos de forma voluptuosa, presentandose y los ojos iban poco a poco hablando y parpadeando a la vez, como si quisiera mostrar unas pestanas excesivamente largas y gruesas. Tomo el almuerzo y no tardo en llegar a la mesa donde estaba ella, pasando como en una pasarela de un desfile de moda.
- .Usted es profesor nuestro? – pregunto la chica insistentemente manteniendo el contacto visual con el hombre.
- Soy profesor, pero no de esta facultad sino de Arte. Mi ex esposa si lo era –dijo Julian en voz baja.
La estudiante se emociono mucho mas. La reaccion del hombre iba mas alla de sus expectativas.
- !Aaaah! En arte, que bello –dijo la joven sonadora. !Eres musico! Me hubiera gustado ir alli… para estudiar diseno de moda. Durante mi tiempo libre soy modelo. Te puedo invitar a un desfile de moda pero las dos invitaciones se las di a dos jovenes.
- .Es su hijo? –continuo la estudiante con preguntas, mientras que ella lo estudiaba con interes. El chico tenia algo que le producia escalofrios y emociones negativas. Parecia un hombre de mas de cuarenta anos, bastante feo, con el pelo demasiado largo abriendose entre grandes granos con pus, el pelo largo como cables, aspero, sin cortar, de un color marron claro, rubio, fornido y alto como su padre, pero no se parecian fisicamente entre ellos.
- Si –respondio Julian a la muchacha.
- .Y tu esposa? –continuo la muchacha con las preguntas.
- Murio en un accidente de trafico en la autopista en Alemania. Se fue a orinar y cuando volvia a subir al coche, un camion –explico Julian cuando le pregunto.
La estudiante estudio al hombre cuidadosamente. Penso que era extrano que diese estas explicaciones. Estaba sorprendida por el accidente, tal vez la mujer era muy aficionada a encontrar su explicaciones despues de pensar que el hombre que estaba delante de ella era muy hermoso. Era mucho mejor que todos los companeros que tenia ese ano, incluso de los mayores de los otros cursos.
- Nos vemos en el desfile de moda la proxima semana, soy Andra –se presento la joven.
- Ginica Julian –dijo el hombre –seguramente iremos.
La muchacha se fue contoneandose de forma lasciva, mientras Julian la miraba hasta que desaparecio por complete la silueta y se perdio de vista.
Cuando terminaron de comer, observaron que habia un periodico en su mesa y se dispuso a leer la noticia del diario.
Julian fue a cogerlo para leer hasta que Andres terminara de comer, la noticia del dia era que se habia encontrado un cuerpo descuartizado, en pedazos de una mujer joven.
- Dejamelo para leerlo –dijo Andres tirando del periodico que tenia su padre en la mano. Y leyo con avidez.
Era viernes y habia decidido descansar y sentarse solo para entrar en las distintas redes sociales informaticas. Julian tenia un monton de admiradores y necesitaba responder, especialmente porque era fin de semana. Era atractivo y divertido al mismo tiempo. Pero sin tener una dependencia no logro dejar el ordenador en el momento que decidio dar es siguiente paso.
El domingo, Julian se vistio elegantemente, como de costumbre con su camisa blanca y unos pantalones vaqueros.
Andres, aunque estaba vestido, tenia una cara extrana y su viejo aspecto, parecia incluso mas viejo que su padre.
La profesora se preparo y acicalo de una forma exagerada, se podia ver claramente que queria impresionar a Julian. Preparando un super menu para que Julian y Andres se sintieran mimados con todas las delicias culinarias de lujo que les ofrecia la mujer.
- Yo estaba de nuevo con los chicos para visitar al rey –record Andres- sonriendo mientras que sus colegas se rieron cuando la maestra realizo un discurso pomposo, temblando frente a la cara del antiguo monarca. Para ellos era una gran diversion. Para ellos Rumania era una republica, un rey era una historia que no tenia nada que ver con la realidad.
- Recolectamos ayuda de los chicos que distribuimos en nombre del rey a los ninos pobres de los pueblos vecinos, -continuaba la mujer contando encantada la historia. Pero ahora quiero que prueben mi tarta, soy maestra en hacer la crema de chocolate.
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Estaba en el coche sentado en frente de la vivienda escuchando las noticias de la manana, subio el volumen al maximo.
“Se ha encontrado una maestra de mediana edad, en su apartamento en el bulevar, descuartizada. Parece que el asesino planeaba trasladar el cuerpo a otro lugar, pero fracaso”-dijo el presentador, y continuo: “En el bosque Ciolpani se encontro, una joven muerta, estrangulada, parece que los animales del bosque habian devorado parte del cuerpo. Se considera que se suicido”.
- .Vamos a ir al desfile el jueves? –pregunto Andres a su padre. Nunca he visto algo igual, creo que va a ser supe interesante.
- Curioso. –su padre lo corrigio. Prometiste dejar de usar esa jerga y hablar correctamente.
A pesar de ir con ropa elegante, Julian y Andres se dieron cuenta que en comparacion a las demas personas asistentes al evento, ellos parecian que iban vestidos a una moda obsoleta. Pero de todos modos Julian se veia bien, como siempre, este hecho podria ser pasado por alto.
En la pasarela subieron de una en una, las bellezas hacia donde se dirigian todos los ojos, la luz, los colores claros, la musica… todo era tan fascinante que parecia irreal.
- !Mira, es Andra! –dijo el nino estupefacto. !Que Hermosa es, padre! !Maravillosa!!Es como un angel!
Julian y Andres no querian que terminara nunca el espectaculo que estaban viendo.
Al final Andra se acerco a ellos.
-Ahora vamos al club a celebrarlo- dijo la mujer. !Vamos!
Julian no habia ido hasta ese momento a un club nocturno.Como profesor que era, si tenia suficiente dinero pero en estos locales era un gasto enorme y se necesitaba una gran cantidad de dinero, donde solo las personas con mucho dinero se lo podian permitir, pero no podia negarse ante Andra. Ademas tenia curiosidad por estar ahi.
- .Pero Andres?, no puede quedarse solo –dijo- El no puede pasar alli.
-.Andres? !No hay problema! Yo conozco a los chicos de la entrada, yo siempre vengo aqui y ademas Andres parece que tiene la edad necesaria para entrar, ni siquiera preguntan a alguien si tiene dieciocho anos –dijo la chica.
Julian no habia bailado desde la muerte de su esposa. Ahora recordaba sus anos de estudiante, y con Andra todo parecia tan facil. A el le parecia que tenia energia ilimitada y necesitaba consumirla. Bailar era una magnifica solucion. Mas dificil lo era para Andres, con su estructura parecia un oso tratando de moverse.
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Por la manana, Ginica se sento en la silla de su oficina.
- .Has oido?- dijo la vieja profesora- Una estudiante de la ACE fue encontrada estrangulada con una bufanda rosa, a la salida de un club de la ciudad. Se hizo un silencio en la habitacion.
-No hay problema, en nuestro barrio, encontraron muerta a una prostituta, quemada en su apartamento. En las noticias dijeron que se habia quemado sola.
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Llegaron las fiestas de Pentecostes. Julian y Andres entraron como de costumbre en la iglesia. Y, como siempre, Julian fue asaltado por mujeres que querian consolarlo tras
la muerte de su esposa. Ademas una por una. Clementina, una mujer de unos cuarenta anos, morena, con gafas de miopia y la melena recogida en una cola de caballo, no lo dejaba que se marchara y despues de ir a ver a Julian e invitarlos a su casa.
- Tengo algunas tartas, te van a encantar seguro. El hombre y el nino obedecieron y fueron a la casa de la mujer y entraron.
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Por la manana, le llamo la vecina del apartamento de al lado.
- .Has oido que encontraron a Clementina completamente quemada? !Quemo la casa!, .Como se le metio eso en su cabeza? Si era una mujer creyente… -dijo la mujer- continuando con su desayuno. Y una mujer policia fue fatalmente herida por una tirolina, !pero Ina, mi hija quiera ir a bajar con la tirolina!
-!No hay ningun problema! El domingo vamos al parquet a disfrutas de sus atracciones, que venga con Andres, nosotros disfrutamos y nos divertimos mucho –dijo Julian.
Ginica y Andres nunca habian estado en un parque de atracciones antes.
-!Queremos ir a la tirolina! –dijeron las dos mujeres -!vamos a hacerlo!
-Parece que no me atrae demasiado, y no quiero correr el riesgo de dejar solo a Andres. Id vosotras dos, nosotros os esperamos aqui, en la entrada.
La mujer y la nina se pusieron el equipamiento con destreza, se miraron y vieron que ya habian estado aqui, no era la primera vez y parecia incluso que tenian experiencia cuando empezaron y como se movian facilmente, como si volaran sobre el agua.
En un momento determinado, de repente se oyo un grito desgarrador:
-!Se rompio el cable!!Nos caemos!
Y al momento siguiente, Julian y Andres vieron como las dos mujeres desaparecian rapidamente, creando ondas en el agua.
Se creo la alarma y un equipo de salvacion se dirigia hacia el lugar. Don jovenes atleticos regreso con la chica en sus brazos. Nado hasta la orilla y trato de hacer el boca a boca.
La chica no se recupero. !Por favor, vuelva a intentarlo!, continuando la reanimacion, pero fue en vano, sin resultado.
El segundo hombre continuo la busqueda, pero no se encontro a la madre. Desgraciadamente desaparecio en las aguas profundas.
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Un hombre se acerco al lugar donde estaban Julian y Andres.
-Pero, !aqui alguien corto el cable! –dijo el hombre.
-!Ha sido un accidente! Yo he notado esta manana que pasaria algo malo –dijo Julian- y se lo dije a las mujeres, pero ellas no me hicieron caso. Lo bueno es que no han sufrido, es como lo que le sucedio a la mujer policia de la semana pasada. .Se entero de la noticia?
Incluso un pastor murio custodiando las ovejas cuando fue atacado por un enjambre de abejas silvestres.
Andres llego temprano al colegio. Su colega Manuel, venia desde un pueblo cerca de Bucarest, Glina, susurro
– Ven, te voy a ensenar lo que traigo en la bolsa. !Un enjambre de abejas! Lo encontre en el bosque.
-!Tiralas! .No viste que un pastor murio de las picaduras de las abejas? –dijo Andres asustado.
-Pero, .Donde? !Es mentira! Podemos jugar con ellas, dijo el chico.
- Vamos, hoy tenemos que ir con el maestro de piano despues de la escuela para practicar unas horas con el piano –sugirio Andres. Mi padre me dio la mochila para que lo llevara al apartamento del maestro.
……………………………….
 Julian regreso de la Universidad y como de costumbre despues de la comida, abrio el portatil, leyendo en el con curiosidad la noticia del dia. !Pero esta es la profesora de piano de Andres! –dijo sorprendido mirando la foto publicada.
La mujer habia sido hallada llena de picaduras de insectos, sufrio un choque profilactico. Luego paso algunas horas conversando con sus admiradoras en internet. Tenia tantas mujeres en la vida virtual como en la real. Sin embargo, el estaba fascinado completamente con todas. Sus fotos y escritos eran increiblemente
atractivas, podia conversar con ellas en ingles, frances, espanol o aleman. Tenian conversaciones de lo mas variadas. Con todas se llevaba bien, tan bien… “o al menos eso me parece a mi” –pensaba Julian.
Conversaciones con mujeres que generaron en el un extasis inexplicable. Sus expresiones poeticas estaban empapadas con un romanticism que podia atraer a cualquier hombre a pesar de que tuviera un corazon de piedra. “Esta chica sabe lo que dice o mas bien lo que escribe” –reflexiono Julian. Me gustaria poder conversar con ella todo el tiempo, pero no era posible. Fue incluso a las horas del seminario que se llevaba su ordenador portatil para poder acceder a el para leer o recibir un mensaje misterioso de una mujer extrana, Andres incluso llego a estar celoso de ella.
-.Como has olvidado a mi madre? –le dijo en una occasion enfadado.
-.Como la voy a olvidar? Pero necesito que resistamos juntos para seguir adelante –respondio Julian.
Manuela - asi se llamaba la joven con quien hablaba - era para Iulian el drogo de que él era dependiente para siempre, de que él necesitaba todos los dias.
-Tenemos que vernos cara a cara –El le dijo varias veces a ella- quiero que nos veamos para conocernos y saber como eres en realidad.
- Algun dia sucedera la magia –dijo la mujer respondiendo al mensaje.
……………………………………………
Nosotros podemos encontrarnos durante las vacaciones de verano en Las arenas de oro, en Bulgaria. Mi prima estuvo alli durante la Pascua pero nunca regreso. No tenemos noticias de ella, necesito ir a buscarla, tengo que ir a ver, necesito saber que paso con ella. Ella queria mucho a su familia y no habria decidido desaparecer y dejar de dar senales de vida, yo la queria, para mi era una amiga muy cercana y tenia mucha confianza conmigo. A partir de ese dia ya no habia mas silencios de Julian. El solo pensaba en reunirse con ella. Como iria?.Donde se reunirian? Probablemente en la playa. “Si” –penso el hombre, alli seria el lugar ideal bajo los ardientes rayos de sol de verano, cerca del mar, las olas rompiendo en la fina arena sin descanso en la orilla, mientras que nuestras fossa nasales dilatadas, hambrientos de poder respirar ese aroma marino milagroso.
………………………………………………………
Era el uno de octubre y el Jefe del Departamento, el Sr. Guiso, pregunto a los profesores que estaban a su alrededor.
.Quien sabe algo sobre Ginica? El no ha vuelto a la Universidad.
Ya se habia iniciado el ano academico. Senor Cucuruz, ustedes eran amigos, acaba de llegar del mismo pueblo…
- No se nada, pregunte en la escuela de su hijo, a la comunidad de propietarios del edificio donde vivia, pregunte al presidente de la comunidad.
 La secretaria del Departamento, la senora Pasat, marco el numero del movil del colegio, donde el hijo del senor Ginica estudiaba. Andres no habia estado presente temprano en la escuela, no habia ido a la escuela para el inicio de curso.
- Sr. Turtirica. Nosotros llamamos de la Universidad. .Usted sabria que paso con el Sr. Ginica? .Donde esta? .Que hace? En el supuesto que usted lo sepa.
- No se nada ni de el ni de su hijo desde que comenzaron las vacaciones, no ha pagado el mantenimiento. .No dijo nada en el trabajo?
-No, no nos aviso. Si encuentran algo, vamos si tiene alguna noticia…
- Frusino, creo que debemos ir a su apartamento –dijo la esposa del Sr. Turturica. Ginica con su hijo probablemente no regresen.
En el apartamento de arriba, conocia a la vecina pero se conocio que estaba en un asilo y nunca iba a regresar. Y en el apartamento del Sr. Petrescu, que tenia bien ganado. Sus hijos estaban en el extranjero y no volverian al lugar. .No necesitaba la casa de la anciana? Hico que le inscribiese a su nombre para despues matarla, pero luego lo estropeo. Nadia sabia que le dio para tomar a la vieja. Todo el mundo pensaba que habia sufrido un ataque al corazon porque padecia una dolencia cardiaca. Por otra parte era la mas inteligente de la escalera, le pusieron veneno en la tuberia de agua potable, que nadie controlaba. La encontro muerta la hija de Precupeasca, que tambien habia fallecido el ano anterior y nadie sabia la causa. Solo el diablo  Romanescu no consumo el agua ya que para beber solo tomaba agua mineral que compraba, ahora sabia que era muy Buena para todos. Podrian entrar en su casa del senor Romanescu, aunque nosotros no podamos entrar y no importa como lo intento. !Era muy astuta la anciana! Pero no tuvo mucho tiempo de continuar con ese truco. Estaba obligado por ley a abrir, si se le solicitaba y serian capaces de entrar y por fin matarla.
 
DR. CORNELIA PĂUN HEINZELEl laberinto de los enigmas”
Julián abrió el periódico y estuvo leyendo los artículos aburridos, solo uno de ellos le llamó su atención. Una hermosa y famosa cantante rumana que actuaba en la Opera de Viena, fue encontrada muerta en el baño con una bolsa de plástico en la cabeza. En el artículo, venía escrito que su marido no trabajaba y que vivía del dinero de su esposa,
gastándolo en los clubes además de tener numerosas aventuras con mujeres. Ahora tendría una impresionante riqueza debido a su esposa. “Se consideraba que había sido un suicidio”- decía el siguiente artículo.
Andrés, su hijo, cogió el periódico y leyó vorazmente el artículo con satisfacción.
……………………………………………………………………
Julián, su esposa Alina y su hijo Andrés, iban rápidos en la autopista dirección Múnich. Apenas habían salido del túnel, cuando su esposa Alina le dijo
–“Detente, tengo que ir a un sitio, yo he tomado esta mañana mucha agua mineral, té y café”.
Julián detuvo el coche de repente, Alina descendió y caminó hacia el campo, regresó al cabo de cinco minutos.
Estaba detrás del coche y quería cambiar de lugar, quería llegar a su asiento al lado del conductor del coche delantero.
De repente Julián dio marcha atrás de improviso con el coche. Alina quedo inmediatamente atrapada sin ninguna posibilidad de sobrevivir. Por detrás acababa de llegar un camión enorme, que pisó el cuerpo caído en un segundo.
El conductor detuvo el vehículo asustado, descendió y llegó hasta Julián rápidamente.
- ¿Qué ha hecho? ¿Había alguien en el suelo? –preguntó el hombre alemán.
- Mi… mi esposa… murmuró Julián titubeando.
La policía local llegó rápidamente y después la ambulancia.
Colocaron a Alina en la camilla. Y a Julián se le dejo que explicase lo que había ocurrido. Andrés, su hijo, permanecía
en estado de shock, estaba con la mirada fija desde que ocurrió, el amaba mucho a su madre y no entendía lo que había pasado. Sólo sabía que él estaba sin ella y que su madre iba en una ambulancia.
- Debes aguantar y superarlo, Andrés. ¡Se fuerte! –le dijo Julián.
Entonces Julián llamó a su suegro, que adoraba a su hija, la amaba. Necesitaba dinero para repatriar el cadaver desde allí.
- Soy Julián. Estoy cerca de Múnich, pero tuve un pequeño accidente y Alina fue la víctima.
- ¿Está en el hospital? – dijo el anciano asustado- Mando dinero para salvarla.
- No ha sobrevivido. Ya está en el depósito de cadavers y no tengo dinero para regresar a casa, por favor envíame dinero haciendo un giro en el banco. Es muy caro –explicó Julián.
- Pero, el chico, Andrés, ¿Cómo está él? –preguntó el abuelo, conmocionado con lo ocurrido.
- Está bien, no le ha pasado nada –dijo Julián.
………………………………………………………………………….
Julián era feliz. Él se había convertido en un ídolo de las mujeres conocidas, sobre todo entre las estudiantes de la Universidad, donde era profesor, de sus vecinas, de todas las mujeres conocidas. Era atlético, alto, sin afeitar, con poco pelo en su cuerpo, siendo permanentemente un hombre sufriendo apuros tras el fallecimiento de su esposa
Alina, el amor de su vida. Él encontraba consuelo con cualquier mujer que encontraba, impresionado que en esta época existen hombres que aman intensamente como en las películas clásicas de amor…
En su estudio de pintura, estaba Andrada, rubia, con el pelo largo y suave, flexible, con un vestido ceñido tan desgastado que se trasparentaba de color rosa, con una camisa de color magenta de diseño recortado. Le miró lánguida, con sus pestañas postizas largas y a menudo exageradas, parpadeando.
- Llegué al laboratorio, señor profesor –dijo la joven con voz suave.
- Tenemos que seguir adelante con sus clases. Pero
¿dónde están sus compañeros? –dijo el hombre.
- ¿Cómo voy a saberlo? Soy una estudiante muy concienzuda, respondió con su forma habitual. Quiero aprender tanto… de ti –dijo la joven- haciendo énfasis en su última palabra.
La puerta se abrió de golpe y entró Andrés.
- ¡Oye papá! ¡Terminé las clases por hoy! Estudié historia, nos abandonamos al placer.
- Pero, si lo diste la semana pasada –dijo Julián.
- Si pero es un maestro muy severo, y el muchacho le
dio la explicación completa.
- Tengo que esperar a terminar el seminario –dijo Julián.
- No hay problema, me gusta estar aquí, también aprendo algo sobre pintura. Preparándome para cuando vaya a ser estudiante de aquí –dijo el muchacho – si alguna vez me convierto en uno… Tú me has dicho que la sección tuya es la más fácil, con pintura religiosa.
Estaba oscuro. Debían salir juntos, Julián y Andrada
salieron primero del edificio. Andrés los siguió en silencio, ellos estaban a una distancia aproximadamente de cien metros.
- Aquí estoy –dijo Andrada- ¿No sube conmigo a mi
habitación? Por favor, por favor –dijo ella con una voz que no se podía rechazar- Tomamos un café y una tarta hecha por mí.
- Pero, ¡Yo estoy con Andrés! –dijo el hombre liado.
- Deja papá, me voy a casa solo, soy mayor –dijo el chico.
- Pero… es peligroso –continuó Julián indeciso.
- ¡Vamos! Estoy seguro de que puedo llegar –asintió
Andrés – Adiós papá. Nos vemos pronto en casa.
Julián miró a la joven. – vamos y nos sentamos, debemos subir a pie, el ascensor está roto.
La casa estaba cerrada y emanaba un olor desagradable a chucrut, subieron las escaleras en la oscuridad.
- Esta es mi casa –dijo Andrada- abriendo una puerta
fea, de madera prensada, pintada de blanco. Y se precipitó con sus brazos alrededor del cuello del hombre, besándole apasionadamente.
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Julián llegó tarde a casa.
Andrés lo estaba esperando nervioso.
- ¿Qué te pasó? – le preguntó al hombre. Hubiese sido mejor venir contigo.
- No es nada, estoy bien –dijo el hombre bruscamente, mientras se lavaba las manos que chorreaban continuamente un líquido rojo – vete a la cama.
……………………………………………………….
Ya por la mañana, Julián encendió la radio, era la hora de las noticias.
“Cerca de la Universidad de Bellas Artes, una asistenta encontró el cuerpo de una joven estudiante, muerta asfixiada en el baño, con una bolsa de plástico en la cabeza” –dijo la voz del presentador.
Cogió el periódico de la mesa de la cocina y un artículo le llamó la atención. Un millonario murió en un accidente náutico, su amante salió milagrosamente ilesa, fue esta quien heredó su imperio financiero y se convirtió en la reina de las salchichas. El hombre había sido un camarero
antes de la revolución, pero con la actividad que realizó de alta seguridad para ésta, le ayudó a comprar la antigua fábrica de embutidos casi gratis, siendo socialista en su ciudad de residencia emprendió negocios rentables utilizando las relaciones que había hecho entre las personas de la “Securita”. Él se había divorciado de su esposa y su amante actual fue ex colega de la camarera.
Andrés le pidió el periódico.
- Quiero leer el artículo –le dijo el chico mirando a su padre.
Desde la Plaza Romana donde ellos tenían el apartamento llegaban rápidamente a la Universidad. Era viernes y el fin de semana se aproximaba.
Al final del pasillo, Julián se encontró con la nueva asistenta de la Universidad, delgada, morena, siempre con una gran sonrisa.
 
- Iré a hacer cabotaje en el río con mi barco. ¿No vendrá usted y el Sr. Ginaca?- le pregunto la bella joven a su antiguo compañero, el eterno triste e inconsolable viudo tras la muerte de su esposa.
El hombre pensó que no tenía nada especial que hacer para los próximos días.
- Tengo que cuidar a mi hijo, usted sabe que estoy viudo –le explico Julián convincentemente.
“Que hombre más fiel y sensible”, pensó la joven impresionada por el comportamiento de su colega.
-Puede venir –dijo la chica- Vamos en coche hasta Calarasi, allí mi familia tiene un barco, para navegar por el Danubio, es muy agradable.
- Esta bien, pero en mi coche –dijo Julián- ¿A qué hora quieres que vaya a recogerte?
- Estaría bien que no fuera más tarde de esta mañana, tenemos tiempo suficiente para hacer todo lo programado –dijo ella.
Llegaron a Calarasi rápidamente, el camino no estaba demasiado atascado.
- Nos detendremos en la mina. Tomamos el barco, un
tabernáculo, porque pasaremos toda la noche en la isla, hay mucha comida, mi madre nos ha preparado muchas cosas buenas; hablé con mi padre y nos ha preparado todo lo necesario para el viaje.
- Venga, venga, señor. Adela nos dijo que sería agradable para usted, nosotros lo admiramos mucho. ¡Usted ha amado tanto a su esposa y todavía le es leal!... Claro, con tanto amor, con el carió de su hijo… Pero, sírvase y tome el desayuno, hay café con tortas caseras y una tortilla de huevos con tocino y queso. Esta mañana cogí en el jardín algunos tomates, pepinos, pimientos, cebolla, hojas
de albahaca aromáticas y frescas con las que prepare una ensalada.
- No quiero molestar demasiado, usted es muy amable…-dijo el hombre.
- No hay problema, me alegra mucho, he hecho unos
deliciosos pasteles para el camino –dijo la mujer, encantada.
- Y yo he preparado el barco, la tienda y todo lo necesario para este pequeño viaje –dijo el padre de Adele, un hombre fornido con barba espesa – tenga cuidado, el peligro está por todas partes del Danubio.
- Podemos irnos –dijo la chica- He ido contigo a la isla y he cruzado el Danubio en barco muchas veces.
El padre de Adele los llevó al embarcadero del Danubio cerca de donde estaba amarrado el barco.
- Debemos remar todos, si usted quiere que tengamos un buen rendimiento y el chico puede hacerlo –dijo el hombre, mientras empujaba el barco al Danubio. Yo prepare las cosas necesarias para el viaje.
Julián, Adele y Andrés saltaron felices al barco, era algo nuevo para ellos.
Adele tomó los remos y empezó a remar con fuerza.
- Así se debe remar, fijaos bien en mí –les dijo.
La mujer vestía completamente de blanco con una camiseta y un pantalón corto, con la piel morena ya que estaba bronceada y a Julián le parecía atractiva. Llevaba la melena recogida en una cola de caballo y tapada con una gorra blanca con visera.
- Es un poco difícil –dijo Andrés, al intentar, sin éxito
remar en fila.
- Si no remas con más fuerza en el agua, no llegaremos a la isla –dijo la mujer.
No tardaron mucho llegar a la zona de aguas tranquilas, a su alrededor no había nada más que agua, la tierra estaba lejos y durante bastante tiempo no era visible, pero no tenían tiempo de admirar el paisaje, ellos debían de remar para avanzar y llegar a su destino.
- Estoy cansado de tanto remar –se quejó Andrés.
- Ya es suficiente –dijo Adele- ¿Estás aburrido? ¿No te gusta? ¡Todo es tan atractivo y fascinante!
Remó por inercia cada vez más y más, la tierra no se veía.
- Parece un espejismo. ¿Llegaremos alguna vez a la isla?–preguntó Julián exhausto.
- Inmediatamente. ¡Ya queda muy poco! –Adele les animó– Remad duro, ¡Sois atletas!
Cuando se vio algo verde en el horizonte, Julián preguntó alegremente: ¿Qué es?
- ¡Por fin! ¡Llegamos! Es el bosque de la isla –dijo alegre.
Observando el oasis de tonos verdes aunque los dominios estaban lejos. El suelo arenoso que limitaba con la extensión del agua hizo pronto su aparición. E inmediatamente a algunos metros se encontraba un bosque denso con abundante vegetación como si fuera una selva. Parecía un lugar enigmático donde lo imposible parecía posible, donde el bosque y la playa se unían, donde el día y la noche se tocaron por un momento, el sol y la luna se miraron a los ojos durante un segundo.
Ellos descargaron el equipaje y Adele comenzó a preparer las cañas de pescar.
- No sé pescar –dijo Andrés.
- No pasa nada, aprenderás ahora, Cogí cañas para todos, hoy comeremos pescado cogido por nosotros.
La mujer trajo una gran red de pesca.
- Ven a ayudarme a montarla –dijo la mujer a Julián- yo sola no puedo.
Una vez que se extendía en el Danubio, les enseñó cómo utilizar las cañas de pescar.
Estuvieron sentados durante media hora sin hablar,
Adele les había dicho que no debían asustar a los peces.
-¿Muevo las cañas? –preguntó Julián.
- Cógela –dijo Adele.
- Mira, pescamos un pez pequeño –dijo el hombre.
- ¡Es un Rudd! Lo pondremos en el fuego y nos lo comeremos, pero necesitamos coger más, debemos conseguir tres peces dado que nosotros somos tres.
Pronto Adele pescó un pez algo más grande, parecía
una cabaña, a continuación una más pequeña.
- No entiendo, ¿Por qué no pesco nada? –dijo Andrés triste.
-Ten paciencia, vendrán hacia ti, solo debes estar tranquilo, no hables tanto y no te preocupes. Los peces notan cuando estas nervioso –explicó Adele.
- Mira, cojo, cojo y saco la caña –dijo Andrés- ¿Pero qué es esto? ¡Una serpiente! –comentó enojado.
- ¡Es una anguila! También es un pez. Es muy bueno –le aseguró Adele – Eres un gran pescador, lo has hecho a la primera. ¡Bravo! Podemos parar ahora –dijo- mientras que sacaba la caña de pescar del Danubio, con un gran pez.
- ¿Qué es? –preguntó Andrés con curiosidad.
- No sé cómo se llama, pero está bueno para comer, una vez lo comí con mi familia –dijo Adele- ahora haremos fuego y haremos la barbacoa, prepararé una ensalada con el pescado, tomate, pimienta, albahaca y cebolla, vais a ver que está delicioso.
Julián le dio la vuelta a los pescados en la parrilla, mientras Andrés estaba jugando en el Danubio, tirando piedras al agua y corriendo feliz sobre la arena.
- No vayas al bosque, no sea que salgas lastimado, no sea que haya algo malo, no sabemos qué peligros pueden existir en él –dijo Julián.
Adele tomo la caldera con agua y le fue añadiendo harina de maíz. Se las arregló para aumentar el fuego con la ayuda de Julián.
- Veréis que polenta más deliciosa voy a hacer –dijo la muchacha – Nunca habréis comido una tan buena.
A Julián y a Andrés les parecía increíblemente delicioso el almuerzo.
- Me siento como si fuera Robinson Crusoe –exclamó Julián.
- ¡Qué bueno estaba mi pescado! Pero no estoy lleno,
quiero comer más, por suerte tienes pescados más grandes que los míos –le dijo Andrés a Adele.
Estaba atardeciendo y necesitaban montar la tienda de campaña para pasar la noche. No era moderna y tampoco sofisticada, así que las operaciones para montarla eran muy simples.
¿Pero cabremos todos en la tienda? ¿Cómo vamos a dormir? –preguntó Julián.
La noche es muy fría en la isla –dijo la mujer- dormiremos juntos. Y puso los colchones. Andrés estará en el medio, para protegerlo, por encima nos pondremos la ropa de deporte y con mi chaqueta de cuero nos taparemos.
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Por la mañana en la radio se estaba dando la noticia del día: “Una mujer ha sido encontrada muerta tras un accidente nautico en el Danubio”.
Julián cogió el periódico y lo leyó cuidadosamente. Una artista conocida fue encontrada muerta en su casa, se cree que la causa habría sido la ingesta de veneno, estaba sola en casa al atardecer, se considera que tuvo una depression suicida, su marido en ese momento estaba con otra mujer.
- Me lo darás para leerlo cuando hayas terminado –dijo Andrés, exigiendo el periódico.
- Por supuesto, espera un minuto –dijo el hombre- tengo que ir hoy a la escuela, tu maestra de alemán quiere hablar conmigo, se que quiere decirme.
-¿Qué te quiere decir? ¡Creo que le gustas, papá! Gira sus
ojos cuando te ve igual que cuando veo luciérnagas en la noche –dijo el chico.
Julián tenía sólo dos horas de seminario. Desde la Universidad hasta el colegio de Andrés no había mucha distancia, llegó en un cuarto de hora.
- ¡Ay! Voy ya señor Ginica, ¡Qué bien que haya venido! –exclamó la maestra encantada- Tiene un muy buen chico, pero necesita estudiar más, me ofrezco para darle unas horas extras en mi casa de forma gratuita.
- Señora, pero no se debe de molestar –dijo Julián cortésmente.
- No supone ningún problema para mí cuando se trata de usted… y para Andrés, por supuesto.
La maestra, es una señora de mediana edad, simpática, con el pelo teñido de negro y liso, la piel muy blanca arrugada por la edad.
Ella tenía una barriga enorme sin ser demasiado gorda.
-Puede venir y traérmelo, yo vivo en el bloque sobre el boulevard en la esquina del supermercado Mega. Les espero mañana a las cuatro de la tarde, no voy a aceptar que lo rechace –dijo la mujer.
Julián sabía que sus suegros, los padres de Alina, sabían perfectamente alemán y siempre se habían ocupado de ello con el muchacho para que aprendiese muy bien el idioma, pero no pudo rechazar los deseos de la maestra, Andrés
dependía de ella y debía observar especialmente el paso en los exámenes de la escuela secundaria para terminar el bachillerato, así que fue con el niño a meditación.
Julián encendió el televisor para escuchar las noticias de la mañana. Una maestra había sido encontrada muerta en su apartamento en el boulevard, como vivía sola supuestamente se suicidó, la noticia del día era que habían encontrado a una chica muerta con un cuchillo por su ex novio celoso.
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 El hombre se bebio el cafe y acompano como de costumbre a Andres a su colegio y desde alli rapidamente llego a la Universidad. Hoy tenia muchas horas de clases y distintos cursos, con pausas, los llamados descansos pero debia de terminar el programa esta noche. En sus clases asistieron increiblemente muchos estudiantes,
casi todos, ya que se acercaba el final del semestre. Al final de la practica de laboratorio, quedaba Irina, una chica alta, pelirroja, con los ojos azul claro.
- Queria preguntarle como puedo realizar el trabajo para aprobar.
Julian le dio un poco de tiempo para darle las explicaciones, aunque ya era tarde.
- Vamonos juntos, ya que son peligrosas estas calles a esta hora –dijo Julian y salieron juntos a traves del edificio de la Universidad. Andres les aparecio delante.
- Pero, .Que haces aqui a estas horas? –le pregunto Julian.
- He venido a buscarte –respondio el muchacho – para que no estes solo en casa.
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Julian se desperto mas tarde de lo habitual, abrio su ordenador portatil y empezo a leer las noticias del dia. La noticia decia que fue encontrada apunalada una mujer joven en una calle cercana a uno de los edificios de la Universidad de Arte.
Julian fue como de costumbre, al mediodia, a recoger a Andres al colegio para ir a comer en la Facultad de Ciencias Economicas. Alli era donde su esposa era profesora antes del accidente y sabia que podian comer bien y barato. Apenas sabia cocinar y no mucho interes por aprender.Si queria algo especial, iba a comer a casa de su madre, o a alguno de sus admiradores, quienes felizmente hacian alarde de su talento gastronomico para conseguir algo de el, como era el caso de la profesora de historia de Andres, que lo invitaba a la misa dominical. Pero ahora, en la mesa de enfrente habia una joven estudiante de ACE, era rubia, delgada con unos ojos grandes y una mirada penetrante que se lo comia con los ojos de forma voluptuosa, presentandose y los ojos iban poco a poco hablando y parpadeando a la vez, como si quisiera mostrar unas pestanas excesivamente largas y gruesas. Tomo el almuerzo y no tardo en llegar a la mesa donde estaba ella, pasando como en una pasarela de un desfile de moda.
- .Usted es profesor nuestro? – pregunto la chica insistentemente manteniendo el contacto visual con el hombre.
- Soy profesor, pero no de esta facultad sino de Arte. Mi ex esposa si lo era –dijo Julian en voz baja.
La estudiante se emociono mucho mas. La reaccion del hombre iba mas alla de sus expectativas.
- !Aaaah! En arte, que bello –dijo la joven sonadora. !Eres musico! Me hubiera gustado ir alli… para estudiar diseno de moda. Durante mi tiempo libre soy modelo. Te puedo invitar a un desfile de moda pero las dos invitaciones se las di a dos jovenes.
- .Es su hijo? –continuo la estudiante con preguntas, mientras que ella lo estudiaba con interes. El chico tenia algo que le producia escalofrios y emociones negativas. Parecia un hombre de mas de cuarenta anos, bastante feo, con el pelo demasiado largo abriendose entre grandes granos con pus, el pelo largo como cables, aspero, sin cortar, de un color marron claro, rubio, fornido y alto como su padre, pero no se parecian fisicamente entre ellos.
- Si –respondio Julian a la muchacha.
- .Y tu esposa? –continuo la muchacha con las preguntas.
- Murio en un accidente de trafico en la autopista en Alemania. Se fue a orinar y cuando volvia a subir al coche, un camion –explico Julian cuando le pregunto.
La estudiante estudio al hombre cuidadosamente. Penso que era extrano que diese estas explicaciones. Estaba sorprendida por el accidente, tal vez la mujer era muy aficionada a encontrar su explicaciones despues de pensar que el hombre que estaba delante de ella era muy hermoso. Era mucho mejor que todos los companeros que tenia ese ano, incluso de los mayores de los otros cursos.
- Nos vemos en el desfile de moda la proxima semana, soy Andra –se presento la joven.
- Ginica Julian –dijo el hombre –seguramente iremos.
La muchacha se fue contoneandose de forma lasciva, mientras Julian la miraba hasta que desaparecio por complete la silueta y se perdio de vista.
Cuando terminaron de comer, observaron que habia un periodico en su mesa y se dispuso a leer la noticia del diario.
Julian fue a cogerlo para leer hasta que Andres terminara de comer, la noticia del dia era que se habia encontrado un cuerpo descuartizado, en pedazos de una mujer joven.
- Dejamelo para leerlo –dijo Andres tirando del periodico que tenia su padre en la mano. Y leyo con avidez.
Era viernes y habia decidido descansar y sentarse solo para entrar en las distintas redes sociales informaticas. Julian tenia un monton de admiradores y necesitaba responder, especialmente porque era fin de semana. Era atractivo y divertido al mismo tiempo. Pero sin tener una dependencia no logro dejar el ordenador en el momento que decidio dar es siguiente paso.
El domingo, Julian se vistio elegantemente, como de costumbre con su camisa blanca y unos pantalones vaqueros.
Andres, aunque estaba vestido, tenia una cara extrana y su viejo aspecto, parecia incluso mas viejo que su padre.
La profesora se preparo y acicalo de una forma exagerada, se podia ver claramente que queria impresionar a Julian. Preparando un super menu para que Julian y Andres se sintieran mimados con todas las delicias culinarias de lujo que les ofrecia la mujer.
- Yo estaba de nuevo con los chicos para visitar al rey –record Andres- sonriendo mientras que sus colegas se rieron cuando la maestra realizo un discurso pomposo, temblando frente a la cara del antiguo monarca. Para ellos era una gran diversion. Para ellos Rumania era una republica, un rey era una historia que no tenia nada que ver con la realidad.
- Recolectamos ayuda de los chicos que distribuimos en nombre del rey a los ninos pobres de los pueblos vecinos, -continuaba la mujer contando encantada la historia. Pero ahora quiero que prueben mi tarta, soy maestra en hacer la crema de chocolate.
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Estaba en el coche sentado en frente de la vivienda escuchando las noticias de la manana, subio el volumen al maximo.
“Se ha encontrado una maestra de mediana edad, en su apartamento en el bulevar, descuartizada. Parece que el asesino planeaba trasladar el cuerpo a otro lugar, pero fracaso”-dijo el presentador, y continuo: “En el bosque Ciolpani se encontro, una joven muerta, estrangulada, parece que los animales del bosque habian devorado parte del cuerpo. Se considera que se suicido”.
- .Vamos a ir al desfile el jueves? –pregunto Andres a su padre. Nunca he visto algo igual, creo que va a ser supe interesante.
- Curioso. –su padre lo corrigio. Prometiste dejar de usar esa jerga y hablar correctamente.
A pesar de ir con ropa elegante, Julian y Andres se dieron cuenta que en comparacion a las demas personas asistentes al evento, ellos parecian que iban vestidos a una moda obsoleta. Pero de todos modos Julian se veia bien, como siempre, este hecho podria ser pasado por alto.
En la pasarela subieron de una en una, las bellezas hacia donde se dirigian todos los ojos, la luz, los colores claros, la musica… todo era tan fascinante que parecia irreal.
- !Mira, es Andra! –dijo el nino estupefacto. !Que Hermosa es, padre! !Maravillosa!!Es como un angel!
Julian y Andres no querian que terminara nunca el espectaculo que estaban viendo.
Al final Andra se acerco a ellos.
-Ahora vamos al club a celebrarlo- dijo la mujer. !Vamos!
Julian no habia ido hasta ese momento a un club nocturno.Como profesor que era, si tenia suficiente dinero pero en estos locales era un gasto enorme y se necesitaba una gran cantidad de dinero, donde solo las personas con mucho dinero se lo podian permitir, pero no podia negarse ante Andra. Ademas tenia curiosidad por estar ahi.
- .Pero Andres?, no puede quedarse solo –dijo- El no puede pasar alli.
-.Andres? !No hay problema! Yo conozco a los chicos de la entrada, yo siempre vengo aqui y ademas Andres parece que tiene la edad necesaria para entrar, ni siquiera preguntan a alguien si tiene dieciocho anos –dijo la chica.
Julian no habia bailado desde la muerte de su esposa. Ahora recordaba sus anos de estudiante, y con Andra todo parecia tan facil. A el le parecia que tenia energia ilimitada y necesitaba consumirla. Bailar era una magnifica solucion. Mas dificil lo era para Andres, con su estructura parecia un oso tratando de moverse.
……………………………………………………………
Por la manana, Ginica se sento en la silla de su oficina.
- .Has oido?- dijo la vieja profesora- Una estudiante de la ACE fue encontrada estrangulada con una bufanda rosa, a la salida de un club de la ciudad. Se hizo un silencio en la habitacion.
-No hay problema, en nuestro barrio, encontraron muerta a una prostituta, quemada en su apartamento. En las noticias dijeron que se habia quemado sola.
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Llegaron las fiestas de Pentecostes. Julian y Andres entraron como de costumbre en la iglesia. Y, como siempre, Julian fue asaltado por mujeres que querian consolarlo tras
la muerte de su esposa. Ademas una por una. Clementina, una mujer de unos cuarenta anos, morena, con gafas de miopia y la melena recogida en una cola de caballo, no lo dejaba que se marchara y despues de ir a ver a Julian e invitarlos a su casa.
- Tengo algunas tartas, te van a encantar seguro. El hombre y el nino obedecieron y fueron a la casa de la mujer y entraron.
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Por la manana, le llamo la vecina del apartamento de al lado.
- .Has oido que encontraron a Clementina completamente quemada? !Quemo la casa!, .Como se le metio eso en su cabeza? Si era una mujer creyente… -dijo la mujer- continuando con su desayuno. Y una mujer policia fue fatalmente herida por una tirolina, !pero Ina, mi hija quiera ir a bajar con la tirolina!
-!No hay ningun problema! El domingo vamos al parquet a disfrutas de sus atracciones, que venga con Andres, nosotros disfrutamos y nos divertimos mucho –dijo Julian.
Ginica y Andres nunca habian estado en un parque de atracciones antes.
-!Queremos ir a la tirolina! –dijeron las dos mujeres -!vamos a hacerlo!
-Parece que no me atrae demasiado, y no quiero correr el riesgo de dejar solo a Andres. Id vosotras dos, nosotros os esperamos aqui, en la entrada.
La mujer y la nina se pusieron el equipamiento con destreza, se miraron y vieron que ya habian estado aqui, no era la primera vez y parecia incluso que tenian experiencia cuando empezaron y como se movian facilmente, como si volaran sobre el agua.
En un momento determinado, de repente se oyo un grito desgarrador:
-!Se rompio el cable!!Nos caemos!
Y al momento siguiente, Julian y Andres vieron como las dos mujeres desaparecian rapidamente, creando ondas en el agua.
Se creo la alarma y un equipo de salvacion se dirigia hacia el lugar. Don jovenes atleticos regreso con la chica en sus brazos. Nado hasta la orilla y trato de hacer el boca a boca.
La chica no se recupero. !Por favor, vuelva a intentarlo!, continuando la reanimacion, pero fue en vano, sin resultado.
El segundo hombre continuo la busqueda, pero no se encontro a la madre. Desgraciadamente desaparecio en las aguas profundas.
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Un hombre se acerco al lugar donde estaban Julian y Andres.
-Pero, !aqui alguien corto el cable! –dijo el hombre.
-!Ha sido un accidente! Yo he notado esta manana que pasaria algo malo –dijo Julian- y se lo dije a las mujeres, pero ellas no me hicieron caso. Lo bueno es que no han sufrido, es como lo que le sucedio a la mujer policia de la semana pasada. .Se entero de la noticia?
Incluso un pastor murio custodiando las ovejas cuando fue atacado por un enjambre de abejas silvestres.
Andres llego temprano al colegio. Su colega Manuel, venia desde un pueblo cerca de Bucarest, Glina, susurro
– Ven, te voy a ensenar lo que traigo en la bolsa. !Un enjambre de abejas! Lo encontre en el bosque.
-!Tiralas! .No viste que un pastor murio de las picaduras de las abejas? –dijo Andres asustado.
-Pero, .Donde? !Es mentira! Podemos jugar con ellas, dijo el chico.
- Vamos, hoy tenemos que ir con el maestro de piano despues de la escuela para practicar unas horas con el piano –sugirio Andres. Mi padre me dio la mochila para que lo llevara al apartamento del maestro.
……………………………….
 Julian regreso de la Universidad y como de costumbre despues de la comida, abrio el portatil, leyendo en el con curiosidad la noticia del dia. !Pero esta es la profesora de piano de Andres! –dijo sorprendido mirando la foto publicada.
La mujer habia sido hallada llena de picaduras de insectos, sufrio un choque profilactico. Luego paso algunas horas conversando con sus admiradoras en internet. Tenia tantas mujeres en la vida virtual como en la real. Sin embargo, el estaba fascinado completamente con todas. Sus fotos y escritos eran increiblemente
atractivas, podia conversar con ellas en ingles, frances, espanol o aleman. Tenian conversaciones de lo mas variadas. Con todas se llevaba bien, tan bien… “o al menos eso me parece a mi” –pensaba Julian.
Conversaciones con mujeres que generaron en el un extasis inexplicable. Sus expresiones poeticas estaban empapadas con un romanticism que podia atraer a cualquier hombre a pesar de que tuviera un corazon de piedra. “Esta chica sabe lo que dice o mas bien lo que escribe” –reflexiono Julian. Me gustaria poder conversar con ella todo el tiempo, pero no era posible. Fue incluso a las horas del seminario que se llevaba su ordenador portatil para poder acceder a el para leer o recibir un mensaje misterioso de una mujer extrana, Andres incluso llego a estar celoso de ella.
-.Como has olvidado a mi madre? –le dijo en una occasion enfadado.
-.Como la voy a olvidar? Pero necesito que resistamos juntos para seguir adelante –respondio Julian.
Manuela - asi se llamaba la joven con quien hablaba - era para Iulian el drogo de que él era dependiente para siempre, de que él necesitaba todos los dias.
-Tenemos que vernos cara a cara –El le dijo varias veces a ella- quiero que nos veamos para conocernos y saber como eres en realidad.
- Algun dia sucedera la magia –dijo la mujer respondiendo al mensaje.
……………………………………………
Nosotros podemos encontrarnos durante las vacaciones de verano en Las arenas de oro, en Bulgaria. Mi prima estuvo alli durante la Pascua pero nunca regreso. No tenemos noticias de ella, necesito ir a buscarla, tengo que ir a ver, necesito saber que paso con ella. Ella queria mucho a su familia y no habria decidido desaparecer y dejar de dar senales de vida, yo la queria, para mi era una amiga muy cercana y tenia mucha confianza conmigo. A partir de ese dia ya no habia mas silencios de Julian. El solo pensaba en reunirse con ella. Como iria?.Donde se reunirian? Probablemente en la playa. “Si” –penso el hombre, alli seria el lugar ideal bajo los ardientes rayos de sol de verano, cerca del mar, las olas rompiendo en la fina arena sin descanso en la orilla, mientras que nuestras fossa nasales dilatadas, hambrientos de poder respirar ese aroma marino milagroso.
………………………………………………………
Era el uno de octubre y el Jefe del Departamento, el Sr. Guiso, pregunto a los profesores que estaban a su alrededor.
.Quien sabe algo sobre Ginica? El no ha vuelto a la Universidad.
Ya se habia iniciado el ano academico. Senor Cucuruz, ustedes eran amigos, acaba de llegar del mismo pueblo…
- No se nada, pregunte en la escuela de su hijo, a la comunidad de propietarios del edificio donde vivia, pregunte al presidente de la comunidad.
 La secretaria del Departamento, la senora Pasat, marco el numero del movil del colegio, donde el hijo del senor Ginica estudiaba. Andres no habia estado presente temprano en la escuela, no habia ido a la escuela para el inicio de curso.
- Sr. Turtirica. Nosotros llamamos de la Universidad. .Usted sabria que paso con el Sr. Ginica? .Donde esta? .Que hace? En el supuesto que usted lo sepa.
- No se nada ni de el ni de su hijo desde que comenzaron las vacaciones, no ha pagado el mantenimiento. .No dijo nada en el trabajo?
-No, no nos aviso. Si encuentran algo, vamos si tiene alguna noticia…
- Frusino, creo que debemos ir a su apartamento –dijo la esposa del Sr. Turturica. Ginica con su hijo probablemente no regresen.
En el apartamento de arriba, conocia a la vecina pero se conocio que estaba en un asilo y nunca iba a regresar. Y en el apartamento del Sr. Petrescu, que tenia bien ganado. Sus hijos estaban en el extranjero y no volverian al lugar. .No necesitaba la casa de la anciana? Hico que le inscribiese a su nombre para despues matarla, pero luego lo estropeo. Nadia sabia que le dio para tomar a la vieja. Todo el mundo pensaba que habia sufrido un ataque al corazon porque padecia una dolencia cardiaca. Por otra parte era la mas inteligente de la escalera, le pusieron veneno en la tuberia de agua potable, que nadie controlaba. La encontro muerta la hija de Precupeasca, que tambien habia fallecido el ano anterior y nadie sabia la causa. Solo el diablo  Romanescu no consumo el agua ya que para beber solo tomaba agua mineral que compraba, ahora sabia que era muy Buena para todos. Podrian entrar en su casa del senor Romanescu, aunque nosotros no podamos entrar y no importa como lo intento. !Era muy astuta la anciana! Pero no tuvo mucho tiempo de continuar con ese truco. Estaba obligado por ley a abrir, si se le solicitaba y serian capaces de entrar y por fin matarla.
 
 
 
 
 
 
 

 







DR CORNELIA PAUNHEINZEL  - EL SHOCK
 

Un silbido largo, descorazonador como un suspiro desesperado, penetra
profundamente las almas de aquellos que se encuentran en las alas del bulevar
del centro de Bucarest. Cada parte del cuerpo se estremece. Escalofríos
atraviesan sucesivamente cada pulgada de la columna vertebral. Si estabas
feliz, tranquilo, pensativo, todo fue destruido en un segundo... Sin embargo,
es común para los residentes muy cerca de la principal arteria de la ciudad. A
quince minutos, aproximadamente, te envuelve una tal explosión de sonidos. Un
coche de bomberos, una ambulancia o un coche de policía... La intensidad del
sonido hace vibrar cada parte del cuerpo humano. ¿Tal vez debido a la increíble
conexión entre los sonidos dolorosos, agudos, que se te adentran
instantáneamente o del gemido que te hace temblar, prediciendo algo malo? Los
sonidos son más intensos por la noche. Durante la noche, rara vez, pasa algún
coche. Pero, seguramente, unos coches con pitido horripilante, te despegarán
repentinamente del dulce reino de los sueños, para meterte en las pesadillas
reales.
El tono de llamada del teléfono móvil ha parecido extremadamente armonioso,
aunque era el comienzo de una historia aterradora y muy verdadera.
‒ Carmen, ¿eres tú? -me preguntó la persona con el móvil.
‒ ¡Sí! -le respondí de inmediato.
‒ ¡Soy Isabela! ¡Encontré una casa para comprar! ¡En realidad, un
apartamento en una casa! -dijo la mujer.
‒ ¿No se tratará de alguna estafa? -le pregunté yo desconfiada. ¡Sería gran
milagro que todo sea correcto! ¡Me dijo un notario que, en los últimos años, no
ha visto venta correcta! Los estafadores más pobres quieren cobrar sólo el
anticipo, pero permanecer en la casa. Te dicen, sin vergüenza, que no tienen a
donde ir, es decir no quieren venderte nada. La mafia inmobiliaria, a
contrario, toma tu dinero para la propiedad entera y no te da nada. Y no te
queda ninguna oportunidad más para recuperarlo.
‒ ¡Espero que todo esté bien! Tú ¿dónde estás? -me preguntó Isabela.
‒ ¡En la Universidad! -le dije. Acabo de salir de clase.
‒ ¡Coge la línea 16 y ya te diré yo dónde tienes que bajar!    Mi marido tiene muchas clases con los
estudiantes durante este semestre y no puede venir ahora. Yo quiero ver hoy
mismo la casa. ¡Por favor, ven conmigo!
‒ ¡Vale! Acepté sin decir nada más.
Y no lo he lamentado en absoluto. La ruta del tranvía es un espacio donde
se entretejan, de modo extraño, las historias de los últimos dos siglos,
petrificadas, confusamente, en un collage misterioso.
El recorrido del tranvía 16 es un viaje en esquife por Aqueronte, y el
conductor siendo un triste guía. El camino te ofrece las experiencias más
inéditas. Apenas viajas cien metros y entras en otro mundo, como si fuera un
Valle del Lamento intemporal. Un reino gris, como un lienzo pintado en tonos de
gris, creación de un artista deprimido.
Desde la acera vestida en tonos oscuros al gris azulado del cielo...
Aparecen edificios construidos al comienzo del siglo, en mal estado, sin
ventanas, con paredes desnudas que revelan, sin pudor, el ladrillo carmesí, que
parece haber atravesado la niebla del tiempo, restos de los muros. Destruidos...como
después de un cataclismo o algún ataque armado. ¡Parecen imágenes de Beirut,
durante la guerra! Entre ellos, algunas construcciones nuevas: gigantes de
vidrio, de azul intenso, puro, y metal plateado, que albergan unos dos bancos y
la sede de una corporación. Aparece incluso el esqueleto aterrador de un edificio
nuevo. Pero la sensación es similar a la vista de un esqueleto humano. Y, de un
lugar a otro, terrenos cubiertos de malezas altas, filiformes... Entre ellas,
aparece delicadamente, alguna espiral ascendente de hojas alternantes, cortadas
en formas interesantes, que se simplifican sólo reduciéndose cada vez más,
hacia el ápice de la planta, donde terminan por convertirse en los sépalos del
cáliz, dispuestos en un círculo. Es la vuelta de su inicio y al mismo tiempo un
nuevo comienzo, el de la flor mágica. Porque cualquier flor te deja revelar, si
la estudias con atención, su milagro. Incluso si es una simple maleza...
Me doy cuenta que el tranvía me ofrece una oportunidad que no tendría como
simple peatón que pasa a través de esta ruta. Como un eterno buscador de la
belleza, puedo admirar, entre montones de escombros y paredes, la delicadeza
del detalle de encaje, que se encuentran por encima de las arcadas elípticas.
Quedo encantada del misterio de las estatuas frías de mármol blanco, que
dominan con superioridad las frágiles paredes de los edificios, haciendo
abstracción del resto del paisaje. Como simple peatón, creo, sin embargo, que
no admiraría demasiado tranquila la espada de piedra -preparada para la batalla-
del valiente soldado romano, que está de guardia encima de la entrada de un
edificio, delante de mí, izado de paredes, que resisten milagrosamente, ya que
podrían volar por encima de mí, en cualquier momento.
Me estremecería la maravillosa cabeza de la inmortal Venus, suspendida en
una arcada de un balcón, porque, en cualquier momento, podría arrojarme, como
simple mortal, en otras esferas, del misterioso reino de las sombras gris...
¿Más extraños, acaso, que el camino que atravieso?
Como si estuviera en un túnel del tiempo, en el que yo había sido
proyectado, instantáneamente, en el Bucarest del comienzo de siglo, siendo
consciente, sin embargo, del presente. Pienso que para los apasionados de
sensaciones fuertes del Occidente sería algo inédito. Pero para nosotros, que encontramos
permanentemente este tipo de cosas, tal experimento parece tan común,
insignificante.
Un pequeño parque se revela y en medio, un fuego con llamas rojizo-naranja,
guardado por extrañas figuras, un Jean Valjean[1]
de nuestros tiempos, de estos lugares y algunos personajes miserables,
andrajosos, con rostros marcados por un odio diabólico, como si fueran
desprendidos de las novelas de Dickens... Con los cuales nunca desearías encontrarte
cara a cara.
Extremadamente pocas casas han sido reformadas. Aquellas que han sido transformadas
en refugio por algún partido, alguna asociación... Las construcciones tomadas
por empresas son las más impactantes, por la combinación totalmente inapropiada
de la mezcla de moderno, con elementos de arquitectura antigua.
Mis ojos vuelan entusiasmados hacia la arquitectura fascinante del edificio
del frente, intentando disfrutar de cada detalle... Mi mirada busca con avidez
ansiosa este abismo del paraíso de las intersecciones entre las delicadas
arcadas elípticas, con las maravillosas vías parabólicas, de las frágiles
columnas hiperbólicas sobre las cuales dominan, de un lugar a otro, esferas
perfectas. Mi iris se convierte en el origen del sistema de referencia, contra
el cual se puede calcular cualquier radio o longitud de arco, cualquier superficie.
El instante se convierte en el origen del sistema de referencia temporal, el
momento cuando le das la vuelta al reloj de arena, y las partículas finas y
doradas comienzan tímidamente a arrastrarse. En este mundo del infinito, no
permaneces demasiado... Te despierta a la realidad el anuncio seco, glacial,
montado en la pared frontal: "Tienda social". A la izquierda, domina
un pequeño castillo pintado de verde primaveral, que te deleita. El radio de la
mirada busca de nuevo, con sed, cada detalle, cada redondeando de los
maravillosos capiteles de mármol. El espectáculo se desvanece rápidamente.
Porque la mirada cae sobre la panoplia rígida, fijada sobre la fachada de la
construcción, a la derecha, a dos metros del suelo ¡"Tienda - ARMAS Y
MUNICIONES"!
Examiné sorprendida a los viajeros del tranvía, sincronizados
perfectamente con el reino gris de fuera. Con su ropa, con sus pensamientos...
Todos miran al vacío. Flotan todos en el inmenso océano de los pensamientos
personales, de los problemas cotidianos, como si todo alrededor es algo
ordinario, algo normal... El exterior no les importa desde hace tiempo... Entre
paredes demolidas, en un comienzo de calle, tipo arco parabólico deformado,
figuras miserables, andrajosas, con rostros oscuros... Piensas sin a querer a
Dante, viajando mediante uno de los círculos del infierno. Uno que aún no ha
descubierto. Un infierno terrenal.
Una niña juguetona atrae en su huir un perro feroz, como un Cerbero. Su ladrido entrena una manada de perros callejeros de las
cercanías. Las bestias descontroladas la rodean y saltan hacia la niña,
mostrándose los dientes brillantes. La envuelven con sus zarpas nerviosas. Y
entonces, a la vuelta de la esquina, un hombre tira hacia ellos con un palo.
Grita y los aleja...
Enfrente de esta escena domina piadosamente una iglesia. Y la misma extraña
comunión entre lo nuevo de la distinguida cúpula, recientemente renovada, de la
entrada lateral recién pintada y la antigüedad de los muros que dan en el
bulevar, pelados desordenadamente, perforados violentamente por la tubería
moderna de la calefacción, recientemente instalada y en que aparece una hoja,
con la especificación "MONUMENTO HISTÓRICO".
El pensamiento me corre nostálgico a los pobres ancianos, que viven en las
antiguas casas, las que están aún enteras, en las que se encuentran -probablemente-
libros de valor y objetos de arte inestimables, así como elementos arquitectónicos
que les decoran al exterior; al temor que viven estas personas diariamente,
impotentes ante los peligros. Porque el grupo de Jean Valjean del pequeño
parque parecía dispuesto a realizar grandes hazañas. Planificaba acciones de
largo alcance...
Hemos llegado en la zona donde se situaba la casa en venta, media hora
antes. Pensamos en ese momento que teníamos que buscar la casa, según los
indicios que nos había dado el agente inmobiliario: la antigüedad del edificio,
el tipo de construcción, el aspecto. Suponiendo que los informaciones que nos
había facilitado correspondían a la realidad...
Dos viviendas enormes correspondían a la descripción. Las estudiamos, pero
desde lejos.
Especialmente que, a una de ellas, una persona que estaba sometida a la
ventana del ático, nos perseguía con la mirada, tras una cortina de encajes,
densa y amarillenta por el tiempo. No logramos verle bien el rostro. Hemos
supuesto que se trataba de una persona mayor.
Isabela era pensativa. Sus pensamientos estaban volando involuntariamente
al día anterior. ¡Cómo deseaba que todo fuese real! Poder comprar el
apartamento. Pensó ansiosa en todo lo que había sucedido.
 
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Paúl la esperaba en la
puerta del hospital. Vio a Isabela saliendo precipitadamente y la encontró con
la voz emocionada por la noticia:
‒ ¡Espera, hay algo que te
quiero decir! Es una noticia excelente: ¡He encontrado una casa para comprar!
Isabela no dijo nada y lo
miró sin reacción, ausente.
‒ ¿Isabela, tú me escuchas?
¡He encontrado una casa! -repitió Paúl.
Como despertada del sueño, Isabela
contestó finalmente:
‒ ¿Casa? ¿Has encontrado
casa de comprar? ¿Nos la permitimos? -preguntó ella.
‒ ¡Sí! ¡Tiene un buen
precio! -dijo con alegría Pedro.
‒ ¿Y dónde estaría situada? -preguntó
Isabela sin creer.
‒ Aquí, cerca, a pocas
cuadras. Hablé con el agente inmobiliario y dijo que el lunes, podríamos ir a
visitarla. Sólo sé el nombre de la calle.
‒ ¡Vamos a verla ahora! -dijo
Isabela impaciente. ¡Seguro nos daremos cuenta cuál es!
‒ ¡Bueno! -aceptó Paúl. ¡Nos
vamos ahora, si quieres!
Caminaron algunas calles,
cruzaron el bulevar y entraron en un callejón.
‒ ¡Mira, una casa más
antigua! ¿Ésta sería? ¿Pero no es demasiado grande? En la planta baja y en el
primer piso no vive nadie. Pero fíjate en el ático, ¿una vieja nos mira? -dijo Paúl.
Miraron los dos curiosamente
hacia la ventana, estudiando, al mismo tiempo, con atención el edificio.
En la planta baja, las
ventanas de PVC, recientemente montadas, contrastaban fuertemente con el resto
del edificio. La planta baja había sido pintada recientemente, pero los pisos
estaban con yeso descamación, en un estado fuerte de degradación.
Si te fijabas en el ático,
no necesitabas mucha imaginación para verlo destrozado por cualquier movimiento
producido en las inmediaciones. ¡Simplemente te daba miedo! ¡Tenías la
sensación que en el momento siguiente se te caerá en la cabeza!
La vieja huyó asustada de la
ventana.
‒ Vamos a ver otras casas
también. ¡Quizás adivinamos cuál es la nuestra! -dijo Isabela.
¡No sería justo esta!
Después de atravesar el
callejón, aun la vieja casa se acercaba más a la descripción y presentación del
agente inmobiliario.
‒ Ya nos enteraremos el
lunes cuál es, dijo Paúl. ¡Tengamos un poquito de paciencia!
‒ Vale, aceptó Isabela
también.
 
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El agente inmobiliario nos llamó y apareció inmediatamente -en su coche- al
lugar de encuentro. Nos fuimos juntos a casa. Frente a la casa, nos esperaba
una mujer que debía de tener más de cincuenta años, corpulenta, con la piel de
oliva y el pelo largo, liso, de color negro-azul. La acompañaba un joven
regordete, con características qué marcaban, de manera evidente, retraso
intelectual.
La mujer se presentó, muy segura de sí misma, como dentista en un pueblo
alrededor de Bucarest, donde decía que también vivía con su hijo.
De esta manera se nos quitaron un poco las dudas aparecidas en nuestros
pensamientos, al ver la cara oscura.
‒ ¡Tenemos una casa en construcción! -dijo la mujer. Y este es mi hijo. El
también finalizó la carrera de medicina, en una universidad privada, dijo la
habladora señora. Durante su época de estudiante, le compré el apartamento de
esta casa, que ahora quiero venderlo.
Entramos en el patio. El exterior del edificio se veía bastante bien para
su paso a través de las nieblas del tiempo.
‒ ¡Hubiera sido mejor si habría sido localizado frente a la calle! -exclamó
Isabela.
En el patio, trozos de acera rotos y basura expandida del interior del
cubo. Subimos todos, sucesivamente, por una escalera estrecha, en espiral,
hasta el primer piso de la casa. Una puerta de PVC, recién instalada, nos
apareció frente a los ojos. El agente inmobiliario la abrió.
El apartamento era relativamente pequeño en comparación con los espacios
con los cuales estábamos acostumbrados y en que habíamos vivido hasta entonces.
Pero estaban en los casas de los padres. El interior viejo era completado con
ventanas de PVC, azulejos nuevos, instalaciones sanitarias modernas. El precio
era aceptable.
‒ El apartamento era deseado por la vecina de arriba. Pero nosotros no
queremos vendérselo. ¡No hablen con ella! Está un poco loca, nos dijo la dama
oscura.
‒ ¿Y con el notario, cómo hacemos? -preguntó Isabela.
‒ Pueden elegirlo ustedes. Nosotros tenemos nuestros notarios. Y abogados,
y relaciones... Podemos encargarles a ellos los papeles. ¡Si así lo quieren,
por supuesto!
‒ No, no. Mejor elegimos nosotros el notario, dijo Isabela, pensando que
así serán más seguros de la equidad de la transacción que iban a realizar.
Muchos conocidos le habían contado que habían tenido muchos problemas con los
notarios. Aun una amiga notario le había contado situaciones de otros notarios
que autenticaban documentos falsos. A la salida, la doña rubicunda les ofreció,
generosamente, un CD con música popular.
‒ Este es el CD con mis canciones. Soy muy apasionada por la música
folclórica. Salí también en la televisión, nos dijo sonriendo la mujer.
 
Tres días después, Isabela me llaman otra vez:
‒ ¡Hola! ¡Mañana me compro la casa! ¡Ya he pagado la señal! Y firmé el
precontrato, me dijo ella apresuradamente.
‒ ¿Va todo bien? -le pregunté yo. ¡Cuidado, el peligro de ser estafado es
muy grande!
‒ Sí, he visto yo también en la televisión algunos casos de fraude.
‒ ¿Has tenido cuidado con el notario? -le pregunté.
‒ Somos nosotros los que hemos encontrado a la señora notario, me contestó.
‒ Un compañero de la universidad, me contó cómo él junto con un amigo,
montaron una empresa inmobiliaria, inmediatamente después de la revolución y
les han quitado las casas a todos los que se habían dirigido a ellos. La gente
había confiado en ellos y les había dado los papeles para vender sus
propiedades. ¡Ni siquiera se imaginaba que podría ser estafada! ¡Sólo en
películas había visto semejante cosa! -le conté a Isabela.
‒ Y ahora, supongo que tu compañero es muy rico, me dijo Isabela.
‒ ¡De ningún modo! Su amigo huyó con todo el dinero que habían ganado y mi
compañero se quedó con las deudas a pagar, se lo aclaró yo inmediatamente.
 
Paúl e Isabela habían vuelto para visitar la casa. El día siguiente tenían
que firmar los documentos de compra-venta.
‒ Isabela, tenemos que hablar con los vecinos también y ver cuál es la
situación. Con la única vecina que hemos visto no se puede hablar. Y los
propietarios nos aconsejaron no hablar con ella. Vamos a ver lo que hay de las
otras personas. Ya que cada vez que hemos pasado por aquí, no hemos visto a
nadie, excepto a la extraña vecina que vive arriba. ¿No te parece extraño? dijo
Paúl.  
Entraron por la puerta principal, en la parte que da hacia la calle. Subieron
las escaleras hasta el primer piso y apareció una puerta de metal recién
instalada. Una puerta idéntica con la del apartamento que les había presentado
el agente inmobiliario. Trozos de películas azules que la envolvía para el
transporte, aún se observaban sobre la superficie de la puerta, tal como en la
otra. Golpearon a la puerta, llamaron, pero nadie les contestó. ¡En la planta,
estupor! ¡Una puerta idéntica! Llamaron, golpearon a la puerta. Otra vez,
ningún resultado. Paúl e Isabela eran tanto sorprendidos, que no dijeron
ninguna palabra. Ni siquiera sus propias opiniones, tal como siempre procedían.
Quizá porque deseaban tanto una casa suya... Y hasta ahora sólo habían
encontrado estafadores. La madre de Paúl había intentado comprarle un estudio,
en Bucarest, desde que él era un estudiante. Y había fracasado. Había
encontrado ya sea personas privadas, ya sean agencias que sólo querían
estafarla. "¿Me pregunto cómo logran algunos comprarse realmente una casa
o un apartamento?" pensaba Paúl. "Probablemente te la tienen que
vender personas conocidas o conocer personas serias que trabajen en las
agencias inmobiliarias.", pensó él. En realidad, algunos han conseguido
hacer transacciones. ¡Pero cuántos son aquellos que han sido engañados! Un
compañero más viejo, de la universidad, le dijo que una ex compañera, casada
con un empleado de una televisión, había sido engañada y ya no podía resolver
nada. Incluso su vecina, directora de un colegio, había sido estafada. Había
comprado un apartamento en un complejo residencial y había pagado una gran
cantidad de dinero. Cuando vio que no existía ninguna posibilidad de mudarse en
el apartamento, quiso resolver el problema en el juicio. Pero todos los
trámites resultaron ser inútiles, porque el contrato era tan bien redactado por
los abogados de la empresa que vendía la propiedad, que ellos, según las
cláusulas de los documentos, no estaban obligados a devolver nada, aunque
habían cobrado el dinero por el apartamento. Paúl e Isabela habían dejado de
pensar que, algún día, se podrían comprar su propio apartamento. Y que aquí,
sin embargo, y ahora, parece que apareció la oportunidad de una transacción
exitosa. Paúl buscó nuevamente anuncios inmobiliarios, obligado por la
situación existente en la residencia donde vivían, y donde había empezado la
renovación completa. Los asistentes y los lectores universitarios jóvenes, de
la provincia, estaban alojados en las mismas residencias con los estudiantes.
Estaban contentos, ya que pagaban menos de lo que tendrían que gastar en los
alquileres normales y además, tenían la posibilidad de sentirse aún
estudiantes. Ahora, sin embargo, tenían que encontrar urgentemente un lugar
dónde mudarse. Desde la aparición de la crisis financiera, todas las
residencias de estudiantes en las universidades e institutos, habían recibido
enormes fondos para la renovación. Y todas, por supuesto, habían sido cerradas.
"Así que esta oportunidad", pensó Paúl, "aparecía en el momento
adecuado." Isabela y Paúl bajaron y luego caminaron hasta el segundo
cuerpo, donde se encontraba su apartamento.
‒ Vamos a intentar en los edificios vecinos, dijo Paúl. Ambos salieron a la
calle y vieron la escuela de la vecindad del inmueble.
‒ ¿Intentamos aquí? -preguntó Paúl. Y ambos se dirigieron hacia la entrada.
En la puerta estaban dos mujeres, de mediana edad.
‒ Si no sería mucha molestia, ¿conocen la situación del inmueble vecino? -preguntó
educadamente Isabela. Queremos comprar un apartamento en la parte trasera del
edificio. Hemos pagado ya el anticipo, dijo Isabela alegremente, sin poder
ocultar su alegría.
‒ Yo trabajo desde hace muchos años en esta escuela, le dijo una de las
mujeres. La propiedad estuvo en disputa y fue ganada en los tribunales por un
anciano que al parecer era el anterior propietario. La inquilina abrió proceso
también, pero se sabe que perdió. El viejo tenía dos hijas.
La primera chica tomó la parte delantera de la casa. La otra no sé qué ha
hecho. Lo que sí sé es que no es nada correcto, es que el anciano vive y ellas
lo declararon muerto, para hacer registrar los documentos a sus nombres. En
realidad, sobre un apartamento de la casa, creo que el de la parte trasera,
existe usufructo. Al viejo lo han ingresado en una residencia de ancianos cerca
de Bucarest. Paúl e Isabela pensaron de inmediato que se trataba de su
apartamento.
‒ ¡Sobre el nuestro se hizo usufructo! -dijeron ellos a la vez.
‒ Dígame, por favor, ¿es el propietario el que se le haya sido
nacionalizada la casa? preguntó curiosa Isabela.
‒ ¡Oh, no! -le contestó la mujer mayor. ¡El propietario ha sido un gran
agente de Securitate[2]
en su vida! Cuando los comunistas tomaron el poder, su nivel de estudios era
solamente el cuarto de primaria. Era un sencillo carpintero. Pero el régimen
necesita gente como él. El hombre les ayudó a sancionar los "enemigos del
proletariado". Como recompensa, fue nombrado, rápidamente, coronel. Por
sus servicios recibió esta casa, después de ser nacionalizada. ¡No todo el
mundo recibía una casa tan grande! Acerca de su verdadero propietario nadie
sabe nada. Más que probablemente murió...
‒ ¿Pero, tuvo hijos? Quizá reivindican ellos la casa, preguntó Paúl.
‒ Eh... Sobre ellos, se trata de una vieja historia. El propietario tenía
un hijo al que quería mucho. Cuando estaba en la universidad el joven se
enamoró de una compañera de clase, la hija de un sacerdote y quería casarse con
ella. ¡Los padres, sin embargo, se opusieron con vehemencia! Decían que tenía
que elegir a una chica proletaria, si quería tener el futuro asegurado. De este
modo, quizás, conseguían salvar la casa. Las hijas de obreros y campesinos
estaban matriculadas en la universidad inmediatamente. Incluso sin tener el
título de bachiller. A cambio, estudiaban en la Universidad de los Trabajadores.
La hija del sacerdote, en vano era inteligente y estudiosa. Para aquellos como
ella existían muy pocas plazas en la facultad. ¡Había diez concursantes para
una plaza!
Y aunque finalizaba la carrera, aun así lo hubiera llevado muy duro. El
joven, en cambio, no ha escuchado. Amaba demasiado a Alina. Se casaron sin
esperar el consentimiento de los padres. Y entonces, en la primera noche,
después de decirles a los padres sobre el matrimonio, sucedió algo terrible.
Por la noche, mientras los jóvenes enamorados dormían, fueron asesinados
durante el sueño, con muchos golpes de martillo... Desde entonces, la gente
dice que la casa está embrujada. Se oyen siempre gritos horripilantes,
desesperados en la noche...
‒ ¡Qué tragedia! -se mostraron asombrados Paúl e Isabela. ¡Muchas gracias
por las informaciones!, dijeron a la vez los dos jóvenes.
 
"¡Qué extraño!" -pensó Paúl. ¿Por qué esa historia fue un shock
para él? Tan chocante que parece haberlo sacado de una amnesia. ¿Por qué tiene
la sensación de que lo que se le había contado conocía desde hace tiempo?
¿Quizás porque a él también le había sucedido lo mismo? Los padres se opusieron
al matrimonio con Isabela.
Querían como nuera a la hija de un agente de Securitate, vecino de la
comunidad. Pero no era tan hermosa e inteligente como Isabela. Además, en esa
época, antes de 1989, la hija del agente no había estudiado nada más después
del 2º de ESO. La mente no le ayuda a aprender. Y tampoco tenía alguna
posibilidad de ir a la escuela otra vez. Después de la revolución, sin embargo,
el agente hizo los trámites necesarios para que su hija siguiera los cursos
nocturnos, incluso le consiguió el diploma de facultad, una particular, abierta
en un estudio, por una de las personas con la cual colaboraba en la Securitate.
Después, con dinero, su hija fue contratada de inmediato en la Fiscalía.
Paúl pensó que tal vez con las relaciones del hombre de la Securitate no lo
tendría tan mal ahora en la universidad. El actual jefe de departamento era
nombrado, de un simple trabajador, profesor universitario por los comunistas.
Cuando él era estudiante, este era el peor profesor en la Universidad. Tenía,
en cambio, actividad intensa como soplón de la policía secreta. Y como
consecuencia, ahora sólo él había quedado entre los viejos. Los mejores desde
el punto de vista profesional se han ido a otros lugares mejores - o han emigrado
al extranjero o han muerto, por vejez... El jefe de departamento contrató, en
la universidad, a su hija, su yerno, a sus dos hijos y a la esposa. El hijo
mayor, Andrei, fue compañero de Paúl. Estaba entre los últimos del año. Apenas
aprobaba los exámenes en la sesión excepcional. Pero como Andrei tenía como
jefe a su propio padre, claro que pasó rápidamente, sin esfuerzo, al puesto de
profesor asociado...
Paúl creía que su amigo Mihai se encontraba en una situación mejor, puesto
que estaba en otro departamento. Y porque su jefe de departamento no había
contratado a su familia en la universidad. Pero Mihai le explicó, que no se
encontraba mejor que él. El señor profesor, jefe del departamento tenía otros
puntos débiles. Había traído a sus amantes, a quienes promovió en diversos
cargos. A Mihai, por haber sido el mejor estudiante, ni siquiera lo soportaba. Paúl
lo preguntó una vez, curiosamente, si los amantes estaban solos. ¡Y se encontró
algo sorprendente! ¡Todos estaban casados, tenían niños, así como el profesor,
fingían! Para que nadie sospechara nada. Y, sin embargo, muchos saben la
verdad...
Sus pensamientos fueron interrumpidos por la voz melodiosa de Isabela.
‒ ¿Qué es el usufructo? -le preguntó ella.
‒ Vamos a preguntarle a la señora Notario, ya que nosotros la encontramos,
dijo Paúl.
‒ ¡Preguntémosle por teléfono! -dijo Isabela.
‒ Pero primero hablemos con el agente inmobiliario. Luego, iremos al
Ayuntamiento de sector para ver si está registrada la defunción del viejo.
Paúl cogió el teléfono móvil y marcó un número.
‒ Buenos días, somos la pareja con casa en venta. Nos hemos enterado de que
el antiguo propietario no está muerto. Vamos al Ayuntamiento a comprobarlo.
‒ ¡Sí, está vivo! ¡Pero les aconsejo no ir tras la pista! -les dijo, con la
voz amenazante, el agente inmobiliario. ¡Si comprueban algo más, tendrán
problemas con nosotros! ¡Hablaremos mañana al Notario, cuando nos encontremos!
Y colgó nerviosamente el teléfono. Paúl se quedó asombrado.
‒ Hablemos con la señora Notario también, le animó Isabela.
‒ Hola señora, somos los que quieren comprar el apartamento de la casa,
tenemos cita para mañana. Nos hemos enterado de que existe usufructo sobre la
propiedad. ¿Qué quiere decir esto? El primer propietario todavía vive, aunque
fue declarado muerto por las hijas.
‒ Si existe usufructo, el contrato de compraventa no tiene ningún valor.
Pero creo que el viejo está muerto. Y si no es así, si ellos tienen actas de
defunción, entonces ¿qué importa? ¡La gente es muy influyente, con muchas
propiedades, se saben arreglar todo! Quedamos para mañana, para poner fin a los
papeles, les dijo la mujer como si les ordenara. ¡No acepto que renuncien bajo
ninguna circunstancia! ¿Pero quién se les dijo?
‒ ¡El agente inmobiliario en persona! -dijo Isabela.     
‒ Creo que, en este momento, la señora Notario llama al agente inmobiliario
y le dice que sabemos que el viejo vive y le enseña a mentir. Que no reconozca
más que vive, dijo Paúl.     
Paúl e Isabela volvieron al apartamento. Habían traído parte de sus cosas,
ya que los propietarios les habían dicho que se podían mudar en la casa. Habían
pagado ya el anticipo. Y como estaban presionados por el hecho de que en la
residencia habían empezado las reformas, no se quedaron mucho tiempo a pensar.
Y Paúl, esa noche tuvo una idea loca...
‒ ¡Vamos a pasar la noche aquí! Tenemos las tumbonas y otras cosas que
hemos traído. ¡Qué bueno que el hijo de
la señora nos dejó traerlas! ¡Estoy un poco cansado después el día de hoy! ¡He
tenido un día difícil en la universidad! ¿Qué dices? -propuso Paúl.  
‒ Vale, si es lo que quieres, aceptó Isabela. Al menos veremos lo que
compramos. Pero, ¿estará en orden? Espere, vamos a ver lo que dice el contrato
previo. ¿Cómo se llamaba la persona a la que el viejo vendió por prima vez el apartamento?
¡He aquí el nombre de su esposa, Madelene! No decía la señora de la escuela que
una de las hijas se llamaba Mady? ¡Vendió el apartamento al yerno! -dijo Isabela.
‒ A ver quién redactó el acto de compraventa. Seguramente estará muerto,
dijo Paúl. Y abrió el portátil para averiguarlo.    
‒ ¡Sí, el Notario está muerto! ¿Y el siguiente acto? No estará muerto
también el segundo Notario, el que concluyó la venta entre el yerno y la señora
morena, exclamó el exaltado. Continuó buscando febrilmente en Internet.
‒ El segundo, seguramente está muerto también, le dijo Isabela. Está muy
claro. Los actos no están en orden.
‒ ¡Isabela, el segundo, también, esta muerto! ¡Es una mujer Notario, en
realidad! -exclamó, en voz alta, Paúl.
‒ Otra vez hemos chocado con una estafa, dijo Isabela decepcionada. Mañana
temprano recogemos las cosas de aquí. ¡Y anulamos la venta! Llamaré ahora mismo
al camionero que nos ayudó a traer las cosas.
Se quedaron dormidos, rápidamente, angustiados, después del día difícil que
habían tenido. A la una de la noche, fueron despertados por unos gritos
espeluznantes. Isabela empezó a temblar.
‒ Tranquila, estás conmigo, le dijo Paúl. Pero el también había sentido
escalofríos por todo el cuerpo. Sus ojos buscaron, rápidamente, al martillo que
habían visto arrojado, cuando visitaron por primera vez la casa, como si
hubiera sido una solución...
‒ ¿Qué será? -preguntó, en un susurro, asustada, Isabela.
‒ Tal vez vive alguna loca en el edificio de enfrente, la calmó Paúl.
Pero los gritos se escuchaban más fuertes, más espeluznantes. El cuento con
las fantasmas no se lo habían creído en absoluto, pero ahora...
¡Tal vez vive alguien en el ático! Allí donde había una puerta de metal
nueva, igual que la nuestra, e igual que todas de la casa.
‒ Pero la horrible historia... susurró Isabela, temblando de miedo.
‒ Eh, ¿tú sigues creyendo en los cuentos de hadas? -trató de sonreír Paúl.
Pero su sonrisa se vio forzada, limitada por el miedo.
 
Por la mañana, a las diez, suena el teléfono.
‒ ¡Soy yo, María! Perdone, ¿sabes algo de Isabela? No la encuentro desde
anoche, ni a ella, ni a Paúl. Estuve esta mañana en su casa y no me
respondieron. ¡Ni siquiera al teléfono contestan! ¡Ninguno de ellos! -dijo
preocupada la mujer.
María era la madre de Isabela, médico, como su hija.
‒ ¡Tengo entendido que se quedaron en el apartamento de la casa que querían
comprar!
Me llamó Isabela anoche, respondí.
‒ Vale, pero ¿por qué no contestan el teléfono ahora? -preguntó la mujer.
‒ ¡No lo sé, sigue intentándolo! ¡Lo intentaré yo también! -le dije.
‒ ¿Tienes, sin embargo, un poco de tiempo? -me preguntó desesperada María.
‒ Tengo clases con los estudiantes a los 11, le respondí.
‒ ¡Por favor, ven conmigo al apartamento! -me pidió ella.
‒ De acuerdo, acepté yo.
Una hora después estábamos en el callejón. La extraña casa me parecía un
lugar imposible de definir geométricamente, en coordenadas x, z, y accesible
sólo mediante la introducción de un código secreto que sólo algunos lo conocen.
Y las extrañas puertas metálicas, idénticas... Sin embargo, pronto, apareció la
fachada de la casa. María me estaba esperando en la entrada. Entramos en el
pequeño patio y abrimos la puerta del cuerpo interior del edificio. Subíamos la
escalera helicoidal hasta el primer piso y apareció la puerta de metal, recién
montada, sobre la cual aún permanecían colgados trozos transparentes de hojas
azules. Dimos golpes en la puerta, llamamos y... silencio. Entonces, María
colocó la mano en el pomo de la puerta y la puerta se abrió ligeramente. Un
martillo bañado en un líquido rojo como la sangre estaba arrojado en el camino.
En el sofá Paúl e Isabela estaban sumergidos en el dulce sueño de la
inmensidad. Sobre las sábanas blancas, parecía como si alguien había arrojado
pétalos de amapolas rojas como el fuego. Parecían pintados por alguien en un
color intenso, como la púrpura, rojo como la sangre...
María se desmayó frente a mí. Cogí el teléfono y llamé.
Un siseo largo, desgarrador, como una endecha desesperada, penetra
profundamente en nosotros que estábamos en las alas del bulevar del centro de
Bucarest. Cada partícula del cuerpo se estremece y sientes como los escalofríos
pasan sucesivamente por cada centímetro de la columna vertebral. Si eras feliz,
tranquilo, soñador, todo se hizo añicos en un segundo...



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